Como todos sabemos, nos encontramos en mitad de una pandemia que, desgraciadamente, solo encuentra un paralelo en la terrible gripe de 1918. Todos conocemos también, y ya lo sabemos en carne propia, las consecuencias que esta pandemia está teniendo en nuestras vidas. El confinamiento, siendo una fuente de tensiones tremenda, es la menor de todas ellas; pues para muchísimas personas en España este coronavirus está suponiendo el paro y la ruina. Y, sobre todo, no queremos ni podemos olvidar desde aquí a los miles de personas que han muerto, ni tampoco a sus familiares y amigos que han perdido a un ser querido al que no han podido acompañar en su último viaje y del que ni siquiera se han podido despedir. Descansen en paz los muertos y nuestro abrazo más cálidos a sus familiares y amigos.
Esto quiere decir, desgraciadamente, que estudiar en estos tiempos es verdaderamente difícil. Si la oposición es siempre una prueba enorme de calma, de fe, de constancia, sacrificio e interiorización; ahora esa prueba se convierte en un reto mayor cuando esas virtudes que son imprescindibles en el opositor se hacen más difíciles de hallar. Todos las tenemos, por supuesto. Pero ¿cómo acceder ahora a su depósito en nuestro agitado espíritu? ¿Cómo hacerlo cuando los niños están todo el día en casa y nos reclaman con sus tareas y sus necesidades de ocio?, ¿Cómo estudiar cuando nos preocupamos por nuestra salud y debemos extremar precauciones para salir a comprar que hasta hace poco nos parecerían de una película de ciencia ficción?, ¿Cómo poner nuestra mente a repasar cuando tenemos ancianos y personas mayores cercanas por las que nos preocupamos pues sabemos que su vida corre peligro cierto? ¿Cómo organizar tiempo para el estudio cuando tenemos que implementar nuestras clases de forma nueva en tiempo record y sin ninguna formación previa? Quién no haya sentido en estos días dolor, temores, tensión, ansiedad o incertidumbre es que no es un ser humano.
Así pues, lo primero es validar nuestros sentimientos y todo lo que nos está pasando. Es normal sentirse desanimado y poco predispuesto al estudio. Lo contrario sería lo negativo. Las pérdidas (y esta pandemia lo está siendo en muchos sentidos) nos duelen y nos derriban .
¿Cómo vencer nuestro estado de ánimo para seguir estudiando?
Pero en este blog intentamos no solo confortar y confortarnos, sino también abrir un hilo de luz, un faro de esperanza en tan atribulados momentos. ¿Cómo vencer nuestro estado de ánimo?
En tiempos de incertidumbre como los que vivimos, en nuestra humilde opinión, es bueno concentrarse en la luz que hay al final del túnel. Yo, cuando era niño y tenía miedo por las noches, cerraba los ojos e imaginaba una luz. Eso calmaba mis temores. Ahora creo que podemos hacer algo parecido para intentar ponernos en marcha.
Para intentar superar las impresiones negativas, es importante dejar que el tren del pensamiento, la racionalidad, se abra paso. Debemos pensar. Hay que encender el fuego del conocimiento y dejar que nos ilumine…
La luz volverá
Y lo primero es saber que la luz volverá. Esta terrible tormenta terminará y, aunque nada volverá a ser como antes (todas las experiencias nos dejan huella y la que deje esta será una cicatriz imborrable), la vida resurgirá porque es así la naturaleza y el propio ser humano. Volverán las clases y volverán las oposiciones. Cuando acabe todo, como en el cuento de Monterroso, las oposiciones seguirán ahí. 2021 es ahora la nueva meta. Está lejana, sí; pero ahí está y cada día que pase, nos acercará uno más a ella.
Además, no todo son inconvenientes en esta situación. También hay ventajas para quienes las sepan y puedan aprovechar. Y en este sentido, no hay que olvidar una cuestión fundamental. Las oposiciones son siempre una competición en la que se miden un número de personas determinado para un número de plazas determinado. Y en este contexto muchas personas se van a desfondar y algunas incluso abandonarán la tremenda travesía. Nosotros tenemos que mantenernos firmes en el timón y, aunque sea poco a poco, seguir avanzando hacia la meta. Creo que, efectivamente, ahora vamos a tener la oportunidad de destacar más en 2021, porque hay más tiempo para prepararse y eso favorece al que se prepara, porque toma más distancia sobre el que no lo hace.
La virtud fundamental es la fe
La virtud fundamental en estos momentos es la fe. Esa es la palabra clave. La fe en nuestras posibilidades y en el futuro. Vamos a necesitarla, porque cuanto más se difiere el premio de la plaza, más fuerza de voluntad hay que tener para seguir estudiando. Pero tú que me estás leyendo la tienes y la vas a emplear y el orgullo de hacerlo en estos tiempos difíciles se va a convertir en una palanca más para el triunfo.
La fuerza para estudiar las oposiciones está en nuestro corazón
¿Y de dónde podemos sacar las fuerzas? Pues justamente de nuestro corazón y del amor que tenemos por las personas que nos rodean. No somos egoístas y todos, cuando preparamos oposiciones, lo hacemos por brindar un futuro mejor a las personas que queremos. Son algunas de ellas, en realidad, quienes desde nuestra infancia hasta nuestro presente, nos han conducido a estar donde estamos y a haber decidido opositar. Unas están a nuestro lado, a veces en nuestra casa, otras podemos verlas a través de las videollamadas y otras, ya solo viven en nuestro corazón. Fueron ellos quienes influyeron en nuestra vocación, quienes nos dieron ejemplo para manejarnos en la vida, quienes marcaron nuestra existencia. Son los puntos cardinales de nuestra vida. Y es a ellos a quienes queremos brindar nuestro triunfo. Son nuestros abuelos, nuestros padres, nuestras parejas, nuestros hijos… No los vamos a defraudar y aunque nos cueste horrores, vamos a buscar ese tiempo y esas fuerzas hasta encontrar el viento que llene nuestras velas. Vamos a seguir la luz del faro para esquivar los escollos y acabaremos saliendo a mar abierto de esta negra noche para alcanzar por fin el puerto de nuestra libertad.