Hoy traemos la historia dramática y optimista de Mónica Cid, una opositora que ha sido ejemplo de sacrificio e ilusión. Ha atravesado enormes dificultades afectivas y, pese a ello, no ha perdido la esperanza y no ha dejado que la embargue el desánimo a pesar de los reveses que le ha dado la vida. Esa persistencia y esa ilusión son las que le han conducido a la plaza. Estamos seguros de que va a ser una magnífica profesora de Lengua Castellana y Literatura, y va a transmitir a sus alumnos los grandes conocimientos que atesora y el alma resistente que ha desarrollado en los últimos años.. Espero seguir cn contacto con ella a través de mi blog de La Hispaniola.
La primera vez que me presenté a las oposiciones fue en 2010
La primera vez que me presenté a las oposiciones fue en 2010. Aprobé con buena nota, pero al no tener ningún punto de experiencia, no saqué plaza. Había estudiado en una conocida academia, estaba “fresca”, sin responsabilidades y era más joven (aunque ya tenía casi 40 años cuando me decidí a ser profesora de secundaria), así que no me desanimé, pensaba que no tardaría mucho en sacarlas (ilusa de mí). Fue cuando empezaron los recortes, así que en 2012 no convocaron oposiciones de Lengua (aunque sea raro) y hasta 2013, año en que perdí a mi padre, no me llamaron para trabajar como interina. Desde entonces he trabajado con vacante todos los años; y los últimos cinco años en el mismo centro, porque pedía puestos voluntarios (de media jornada o dos tercios, y así me permitía seguir estudiando la oposición). Como interina sí he tenido buena suerte, lo reconozco y doy gracias a Dios.
Mi dura travesía en las oposiciones
Año tras año de oposición las cosas no me salían bien: convocaron en 2014, y no me había preparado bien. La enfermedad de mi padre fue larga y su fallecimiento aún me dolía; además, era mi primer año dando clase y tenía que preparármelas muy bien (di PCPI especial). En 2015 tuve la oposición a los veinte días de haber tenido a mi hijo (después de un parto horrible del que estuve convaleciente todo el verano). A las de 2016 reconozco que fui sin haber estudiado, pues por las mañanas estaba con mi hijo y por las tardes en el instituto (trabajé en un CEPA). Para las de 2018 sí que estudié, pero suspendí tanto el tema como el práctico. Las oposiciones de 2021 sí que me las preparé a conciencia, tuve un preparador para los prácticos y pensé que sería mi año: aprobé los comentarios pero…
En 2021 incluso me planteé abandonar
Cuando vi que me habían puesto un 1,5 en el tema (es decir, después de ocho años como profesora resulta que sabía menos que mis alumnos), yo ya no podía más. Era tal el desgaste y el asco que cogí a estas oposiciones que decidí dejarlas y quedarme como interina hasta que me jubilase. Sencillamente, había llegado a mi límite: era incapaz de volver a coger los temas, hacer las prácticas, volver a cambiar la programación y las unidades didácticas… Toda mi gente me decía que lo intentara una vez más, pero ya estaba decidida.
Buscando preparadores hasta dar con Opolengua
Aunque se ve que una parte de mí aún quería intentarlo, y estuve buscando preparadores por Internet hasta que me llamó la atención OPOLENGUA. Me gustó: ¡Un nuevo método de estudio, por fin! Y lo que era más importante para mí: unos temas nuevos, ya no quería volver a los míos, quería un nuevo aire. Eduardo fue quien me echó el salvavidas, incluso en aquellos momentos en que seguía con mi idea de dejarlo y no aceptar la ayuda.
Soy una resistente
No os quiero dar una idea equivocada: me encanta estudiar y me considero una persona inteligente, con gran capacidad de resiliencia, y muy trabajadora; tengo muchos estudios aunque poca suerte en las oposiciones de secundaria. Todo lo que me ha podido ir mal en ellas, así ha sido. Incluso ahora, con la plaza, estoy mal baremada, me han reconocido el punto que me faltaba (cuando reclamé el baremo provisional), pero no me lo han sumado, así que he tenido que poner recurso de alzada. Espero no tener problemas en el año de prácticas, aunque sé que mis padres me ayudarán, como lo han hecho siempre, tanto en vida como después de irse.
Me decidí por el Curso Total
Fue en el mes de julio de 2021 cuando contraté solo el Curso de Estudio y me dieron los temas (¡Qué ilusión me hizo ver los temas desde otras perspectivas!). Y en este curso 22-23 me decidí a hacer el Curso Total (que es el que recomiendo encarecidamente), porque ya no me veía con fuerzas para retocar yo sola la programación ni las unidades didácticas: año tras año modificándolas para no poder ni exponerlas… simplemente, no tenía ánimos; además, necesitaba mejorar los comentarios y alguien que me los corrigiera, obviamente.
Aprobé las dos oposiciones: estabilización y reposición
A medida que pasaba este curso me iba animando, porque ya iba llevando temas estudiados (fallé un poco en los repasos porque he tenido momentos horribles, como la muerte de mi madre en abril, o más complicados como el final de curso en el instituto), y conseguí llevar unos treinta temas más o menos bien (aun así en reposición no me salió ninguno de los que llevaba, pero sí uno que había “abandonado” hace dos meses, porque me tuve que descartar de alguno) y finalmente aprobé tema y prácticas en las dos oposiciones (reposición y estabilización), lo que para mí ha sido más difícil que ir a nado desde Lisboa hasta Cuba.
¡Me saqué la plaza!
Y por fin… mientras estaba con mi familia en la playa, en las muy ganadas vacaciones de este año publicaron las listas el 26 de julio de 2023… ¡ME SAQUÉ LA PLAZA! Hasta que no me llovieron por el móvil las felicitaciones de los que me habían visto en la lista de plazas, no me lo podía creer. ¡Y sigo sin creérmelo!
La llegada a puerto: la libertad y el tiempo
Y ahora, ¡por fin, por fin, por fin! podré dedicar más tiempo a mi familia, a la que agradezco el apoyo y los cambios de humor que me han tenido que aguantar a lo largo de este (para mi) horroroso proceso. Podré estudiar otras cosas, realizar cursos, innovar más en el aula… ahora sí que voy a tener ese tiempo que no he tenido todos estos años.
¡La plaza es mía!
Y por fin… mientras estaba con mi familia en la playa, en las muy ganadas vacaciones de este año publicaron las listas el 26 de julio de 2023… ¡ME SAQUÉ LA PLAZA! Hasta que no me llovieron por el móvil las felicitaciones de los que me habían visto en la lista de plazas, no me lo podía creer. ¡Y sigo sin creérmelo!
Gracias a Eduardo López Prieto y a Opolengua.
Y gracias, Eduardo, por haberme rescatado cuando más lo necesitaba, por tu paciencia y buen hacer. Gracias también por la calidez humana demostrada y por escucharme cuando ya no podía más y quería abandonar. Y ahora quiero daros un consejo, por si mi experiencia os sirve: haced caso a todo lo que diga Eduardo, sabe cómo guiarte: respeta los descansos, los repasos, mira todos los vídeos y sácate apuntes de ellos, haz todas las prácticas. Este trabajo (mucho) se verá recompensado. Puedes sacar la plaza en menos años que yo (creo que en mi caso he tenido más escollos de lo normal). Y si alguna vez te ves desfallecer, habla con él, intenta no tirar la toalla. Opolengua te llevará a buen puerto. Seguro. Pon ilusión en lo que conseguirás: lo vas a lograr. A mí me parecía ya imposible lograrlo, pero mira…