Ayer salieron las notas de Cataluña Hoy tenemos una noticia muy grata y es que las dos personas que hemos preparado para las oposiciones de Lengua en Cataluña han aprobado las oposiciones con notas altas y están a la espera de que la baremación de los méritos les conceda la plaza porque hay menos aprobados que plazas. Esperamos sus relatos en nuestra sección de Testimonios. Otra persona más (que preparamos en 2021) obtuvo su plaza a través del concurso de méritos. Las oposiciones de Cataluña eran de estabilización y las notas no se reparten por tribunales, por lo que habremos de esperar unos días a que la comisión (y no el tribunal) dé los resultados definitivos. Estas personas han trabajado de firme para alcanzar su objetivo. Enhorabuena.
Datos de toda España: 44 plazas contra las 66 de 2021
Sin contar esas dos plazas, más las que quedan por dar en las oposiciones vascas (donde preparamos a cuatro personas), en 2023 año hay 44 personas que han obtenido la plaza con nosotros. En 2021 fueron 66 las plazas y eso quiere decir que habríamos bajado un 33%. ¿A qué se debe esta bajada? A tres razones. La primera y fundamental es que este año había muchísimas menos plazas. La segunda es que hay comunidades que ni siquiera han convocado. La tercera es que muchas de las plazas, al ser de estabilización sin prueba eliminatoria, se las han llevado interinos que llevaban mucho tiempo en el sistema sin necesidad de preparar los comentarios.
Plazas a la primera, plazas después de más tiempo
De las 44 personas a las que nos referimos, 22, exactamente la mitad han sacado la plaza a la primera. Otras 22 personas lo han hecho en segunda, tercera y cuarta convocatoria, tras llevar años como interinas. No es la realidad de las personas que preparamos en Opolengua, pero es muy importante saber que en la gran mayoría de los casos (que podríamos cifrar en torno al 75 u 80%), lo normal es sacarse la plaza tras realizar más de una oposición. Y eso quiere decir fe y trabajo, porque hay que levantarse, al menos, tras una derrota.
Fe y trabajo se dan la mano
El pasado martes hacíamos una entrada explicando la importancia de la fe en las oposiciones y decíamos que no es posible el éxito sin la fe. Pero tampoco hay éxito sin trabajo. Hoy vamos a hablar del trabajo y de la fe, pues están íntimamente relacionados.
Trabajo y fe como opositor
Como ya decíamos, yo tuve siempre fe en mis posibilidades como opositor y luego como preparador. Y me encantó el proceso de sacar la plaza (y agradezco profundamente todo lo que crecí en esos seis años, pues me convertí en otra persona muy diferente a la que era antes de opositar). Fueron seis años de treintaicinco a cuarenta horas semanales de estudio (además de mis horas en el instituto). Fue muy duro, porque en Madrid salían seis, ocho o doce plazas en aquella crisis de los noventa de la que nadie se acuerda. De los setenta licenciados de mi promoción de la Universidad Autónoma de Madrid de 1990 solo alcanzamos a ser profesores en el año 2000 cuatro (Teresa Argüello, Ana Cano, Francisco Cilleruelo y yo). Sesentaiséis se quedaron por el camino. Tuvimos que poner fe y mucho trabajo. Yo fui número uno de mi tribunal en Córdoba en 1998. Inicialmente solo había una plaza. Éramos trescientos opositores. Solo con fe y trabajo pude alcanzar eso.
También la fe y el trabajo me han guiado como preparador de Lengua
Desde el principio me encantó también el proceso de preparar opositores. Guiar a la gente, allanarle el camino, acompañarles. Y por eso, cuando todavía no me conocía nadie, en el año 2000, era capaz de ir en mi coche a ver a una opositora sola (querida Teresa, lamento no recordar tu apellido) para darle una clase los sábados por la mañana en una cafetería de Los Palacios donde estaba como interina, o de ir en 2001 a Jerez a dar clase a mis únicos y queridos alumnos de aquel año (Mariluz y Pablo Rubio) en casa de la primera. Yo tenía fe en mi mismo y a pesar de que apenas ganaba dinero porque aún nadie me conocía, me encantaba preparar gente y sabía que el éxito lo traería, como siempre, el trabajo hecho con amor.
Mi fe como preparador de Lengua también me llevó a pedir la excedencia
Como sabemos, todos los preparadores de Lengua alternan su actividad con las clases en el instituto. Esto tiene sus ventajas, pues están en el día a día del centro y sus inconvenientes (no tienen todo su tiempo para dárselo a sus opositores). Es arriesgado dejar la seguridad de la plaza (sobre todo si es buena) y perder la jubilación a los sesenta años por el amor a la preparación de opositores. Yo tenía mi plaza asegurada en un gran instituto, el IES Francisco Javier de Uriarte de El Puerto de Santa María (Cádiz). Para mantener mi contacto, voy por el centro que está solo a diez minutos de mi casa y mantengo relación con mis compañeros de mi querido instituto. Quien lo conoce, sabe que está situado dentro del Poblado Naval de la Base militar de Rota. Los alumnos son muy educados. No hay apenas conflictividad, aspecto que suele ser muy tenido en cuenta por el profesorado al elegir destino. Un gran porcentaje de sus alumnos son hijos de personal de la Armada, (tanto de la marinería como de la oficialidad). Lo que se dice un chollo donde vivir tranquilo hasta la jubilación. Puedes verme dando clase en este centro en cualquiera de mis vídeos de La Hispaniola. Por ejemplo, aquí en el canal de Youtube del blog doy una clase sobre el cuento de Borges Los dos reyes y los dos laberintos. Se puede apreciar la tranquilidad de la clase y el silencio respetuoso en que se realiza el análisis.
Por cierto que si alguien quiere ver mi concepción de la disciplina escolar puede ver este otro vídeo.
Pedir la excedencia me obliga a trabajar siete años más y a no sentirme seguro
Yo pedí la excedencia voluntaria en 2020 y eso me supuso perder el derecho a jubilarme a los 60 años, como hace el 100% del profesorado. En 2026 me jubilaría. No llegaría a iniciar el curso 26-27. Quedan solo tres cursos… Pero me pedí la excedencia sabiendo muy bien lo que perdía. Ya no tendré un sueldo fijo y sin preocupaciones. Ahora dependo exclusivamente hasta que me jubile a los 67 años del éxito de las personas que preparo. Esto además me pone en parecida situación de ansiedad que la que sufren las personas que preparo. Su éxito es el mío. Eso me genera enormes tensiones, pero me encanta. ¿Por qué hago esto? Lo primero, porque creo que la vida es una travesía que solo se vive una vez y hay que hacerlo arriesgando y con intensidad. Lo segundo, por fe. Y gracias a esa fe, dispongo del tiempo para volcarme en mi trabajo como preparador de Lengua. Como vemos, fe y trabajo van de la mano. Vamos a verlo en datos. Como cada año, hemos hecho una encuesta entre quienes contratan nuestros cursos. Veamos algunas de sus respuestas.
Rapidez en las resolución de dudas de Opolengua
El tiempo es una de mis obsesiones. Ahorrarlo yo y hacérselo ahorrar a los demás. Explicaciones breves y sencillas, ejercicios claros y dirigidos directamente a lo que buscamos, tareas estructuradas con claridad. Esto es lo que buscamos. Y, desde luego, rapidez en la corrección de tareas y, sobre todo en la resolución de dudas. Generalmente, el opositor necesita respuestas rápidas para no ralentizar su programación, su estudio o la elaboración de comentarios. En este sentido, este año hemos mejorado y estoy convencido de que en 2023-2024 todavía vamos a mejorar más. Los datos nos dicen lo siguiente
Por norma general, ¿con qué rapidez te hemos contestado tus dudas?
- En menos de dos horas 10,7%
- En menos de cuatro horas 14,3%
- A lo largo del día 21,4%
- En menos de 24 horas 32,1%
- En menos de 36 horas 8,9%
- Antes de 48 horas 12,5%
- Más tarde de 48 horas 0%
Hay que tener en cuenta que intentamos responder todas las dudas en menos de 24 horas, pero los fines de semana esto es más difícil. Respondemos dudas todos los días de 9 a 13 y de 18 a 20, aunque como bien saben nuestros opositores, pueden encontrarse con correos nuestros a las doce o una de la noche o las seis de la mañana. La ventaja de nuestros opositores es que a mí me encanta mi trabajo.
Rapidez en la corrección de tareas
Por norma general, con qué rapidez te hemos corregido las tareas?
- Antes de 24 horas 16,1%
- Antes de 48 horas 30,4%
- Antes de 72 horas 41,1%
- Antes de 96 horas ras 10,7%
- Más tarde de cuatro días 1,8%
- Es nuestra obsesión conseguir que las tareas se corrijan en menos de dos días, pero hay veces que esto es imposible pues las personas de los tribunales que colaboran conmigo no están en excedencia como yo y tienen que atender a sus alumnos y obligaciones del instituto. Cuando las tareas las corrijo yo (aproximadamente el 80% del trabajo) suelo hacerlo en menos de 48 horas en días laborables.
El trabajo trae el éxito
De esta obsesión por el trabajo proviene el éxito. No hay otra fórmula. Recuerda siempre que no todas las personas son capaces de mantener un largo esfuerzo en el tiempo. Sí tú tienes la fe que te permite ser constante, ser perseverante y persistir en el trabajo, no tengas dudas. Una plaza es para ti. Y esto es totalmente seguro como demuestran los centenares, miles de personas que alcanzan su plaza todos los años. ¡Vamos a por ella! Saludos y ánimo.