Nueve temporadas desde que comenzamos nuestro reto
Desde que empecé como preparador de oposiciones de Lengua en 1999 me he esforzado por mejorar mis cursos. También como profesor de secundaria he realizado con mis alumnos tres blogs, que puedes consultar para extraer materiales e ideas. En el precioso y monumental IES El Convento de Bornos, La biblioteca del Convento y en el IES Francisco Javier de Uriarte, La bitácora y La Hispaniola. En 2013 cree www.opolengua.com y en 2015 pensé que publicar un reto semanal podría ser una ayuda interesante para las nobles y esforzadas personas que se embarcan en la preparación de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura. Y así inventé el ¡Ponte a prueba!, que echó a andar el 18 de septiembre de 2015. Si pinchas el enlace podrás ver el texto de aquel día. Hoy, tras más de trescientos retos, acompañando semana a semana el esfuerzo de nuestros seguidores, comenzamos su novena temporada con el mismo objetivo inicial. Como siempre, nuestro reto está abierto a las personas de ambos hemisferios que aman nuestra lengua y literatura.
Comienzan oficialmente nuestros cursos de preparación de oposiciones de Lengua
Por otro lado, ya hemos comenzado el curso de preparación 2023-2024, un curso en el que vamos a trabajar con la mayor ilusión para obtener la plaza en las diferentes convocatorias que e celebrarán durante 2024 en diferentes comunidades de España. Ya hemos comenzado en esta semana nuestro Curso Total (indicado para las oposiciones de reposición de Castilla León y Cataluña)y también el Curso Opolengua Oro, ambos con importantes novedades que, a buen seguro, mejorarán nuestra propuesta y los resultados de quienes confían en nosotros. El Curso Opolengua 2024, desarrollado específicamente para quienes realicen una oposición de estabilización como la de Andalucía, Extremadura o Navarra comenzará su andadura oficial la primera semana de octubre, aunque gracias a nuestra flexibilidad y personalización de los cursos, se puede empezar ya y, de hecho, hay personas que lo iniciaron en junio, julio y agosto.
Nuestro texto de hoy
Y hechos estos incisos, entramos ya en la propuesta de hoy, planteamos un texto que perfectamente podría aparecer en un examen de oposiciones por diferentes razones. Como siempre se trata de reconocer obra y autoría, pero como siempre decimos y sabemos, se puede hacer un gran comentario de texto sin reconocer la obra siempre y cuando seamos capaces de adscribir el texto de forma razonada a su época, género y movimiento literario.
Como cada temporada, puedes participar escribiendo comentarios en la página de Facebook de opolengua.com (no en la mía personal) hasta el domingo por la noche. Como siempre también, las normas para participar en el reto son escribir los comentarios sin leer los anteriores y no consultar internet para resolver el enigma, pues el día D no tendremos más apoyo que nuestra propia sabiduría. Nosotros daremos la solución del acertijo y la lista de acertantes el lunes.
Y nada más por hoy. Feliz fin de semana.
Saludos y ánimo
«Ayer vino Gertru. No la veía desde antes del verano. Salimos a dar un paseo. Me dijo que no creyera que porque ahora está tan contenta ya no se acuerda de mí; que estaba deseando poder tener un día para contarme cosas. Fuimos por la chopera del río paralela a la carretera de Madrid. Yo me acordaba del verano pasado, cuando veníamos a buscar bichos para la colección con nuestros frasquitos de boca ancha llenos de serrín empapado de gasolina. Dice que ella este curso por fin no se matricula, porque a Ángel no le gusta el ambiente del Instituto. Yo le pregunté que por qué, y es que ella por lo visto le ha contado lo de Fonsi, aquella chica de quinto que tuvo un hijo el año pasado. En nuestras casas no lo habíamos dicho; no sé por qué se lo ha tenido que contar a él. Me enseñó una polvera que le ha regalado, pequeñita, de oro.
—Fíjate qué ilusión. ¿Sabes lo que me dijo al dármela? Que la tenía guardada su madre para cuando tuviera la primera novia formal. Ya ves tú: ya le ha hablado de mí a su madre.
Que si no me parecía maravilloso. Me obligaba a mirarla, cogiéndome del brazo con sus gestos impulsivos. Se había pintado un poco los ojos y a mí me parecía que se iba a avergonzar de que lo notase. Luego me contó que se pone de largo dentro de pocos días en una fiesta que dan en el Aeropuerto, que ella ya sabe cómo lo van a adornar todo, porque Ángel es capitán de aviación y uno de los que lo organizan, que han estado juntos comprando bebidas, farolillos y colgantes de colores. Me explicó con muchos detalles cómo es el traje de noche; se soltaba de mí entre las explicaciones, y daba vueltas de vals por la orilla, sorteando los árboles y echando la cabeza hacia atrás. Se paró en un tronco y me fue haciendo con el dedo una especie de plano de la entrada al Aeropuerto y de los hangares donde van a dar la fiesta. Quería que me lo imaginara exactamente para que le diera alguna idea original de cómo lo adornaría yo, por si le sirve a Ángel lo que yo diga. No comprendía que no hubiera convencido a mis hermanas para ir yo también, tan fantástico como será. No le quise contar que he tenido que insistir para convencerlos precisamente de lo contrario. Le dije sólo que soy pequeña todavía. Quería que hablara ella y me dejara a mí.
–Tú me llevas dos meses, Natalia. ¿Es que ya no te acuer¬ das? –dijo. Y se reía–. ¿Tan mayor te parezco ahora?
Estábamos en el sitio de las barcas y hacía una tarde muy buena. Yo quise que remáramos un poco, pero Gertru tenía prisa por volver a las siete, y además no quería arrugarse el vestido de organza amarilla. Yo me senté en la hierba contra el tronco de un árbol, y ella se quedó de pie. Se agachaba a recoger piedras planas y las echaba al río; brincaban dos o tres veces antes de hundirse, parecían ranitas, y a mí me gustaba mirar los círculos que dejaban en el agua. Me dijo que por qué estaba tan callada, que le contase alguna cosa, pero yo no sabía qué contar…»