Esta semana ha sido especialmente difícil en el plano personal. La vida (la muerte) se ha interpuesto con crudeza en mi camino. No es la primera vez. Son treinta y un años en las oposiciones y, lógicamente, a todos nos surgen importantes cuestiones que nos desvían del objetivo. Enfermedades, obligaciones, problemas económicos, problemas personales… Pero la muerte es especial, porque es justamente la experiencia que da sentido a la vida. Si no tuviéramos conciencia de ella, ninguno de nuestros actos tendría valor. Seríamos como personajes de un video juego que podríamos resucitar infinitamente y vivir infinitas vidas cometiendo errores sin fin con la confianza de que nada tendría repercusiones reales. Gracias a conciencia de la muerte vemos la grandeza de la vida y la responsabilidad que nos impone. Y a mí esta nueva experiencia con la muerte me ha afianzado en que lo que hago es lo correcto y que merece la pena la función que desarrollo. Soy feliz haciendo esto. Y doy gracias a Dios por ello. Así que hay que volver a la vida y al trabajo, con el mayor amor por lo que hacemos. Perdón por la digresión.
Y es que hoy es viernes y como cada viernes desde 2015 mantenemos nuestra cita con las personas que preparan las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura en su faceta más complicada, la prueba del comentario de texto, esa que da y quita porque es la criba fundamental del proceso. Como siempre decimos, es un amable acertijo abierto a las personas que aman nuestra lengua y literatura de ambos hemisferios.
La propuesta de la semana
Hoy he querido traer un texto que, por un lado, perfectamente podría aparecer en las oposiciones y que, además, tiene que ver con lo vivido por mí esta semana y las ideas que acabo de expresar. Como siempre, trataremos de reconocer la obra y su autoría, recordando que podemos construir un gran comentario en las oposiciones si adscribimos el texto a una época, un género y un movimiento literario de forma justificada.
¿Cómo participar?
Debemos escribir nuestra solución como un comentario en la página de Facebook de opolengua.com (no en la mía personal) hasta el domingo por la noche. Las norma básica es obvia: no utilizar internet para extraer la solución, pues el día D no tendremos más apoyo que nuestras lecturas y conocimientos. El lunes daremos la solución y la lista de acertantes.
Y nada más por hoy. Saludos y ánimo.
… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará nostáljico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.