Hemos oído historias personales sobre cómo alcanzar la plaza en las oposiciones de Lengua verdaderamente inusuales. La mía lo fue. Pero esta que hoy traemos es digna de ocupar un puesto de honor entre las más alucinantes de todas.
Cristina es una persona valiente y decidida, una verdadera aventurera. La conocí en mi instituto y el suyo, el IES Francisco Javier de Uriarte de El Puerto de Santa María (Cádiz) cuando vino a realizar las prácticas. Ella había sido antigua alumna del centro y al pillarle muy cerca de su casa, lógicamente, lo pidió para realizar las prácticas. Yo ese año, como tantos otros, fui tutor del Prácticum y coincidimos.
Asistió a mis clases en el instituto, realizó sus prácticas, la ayudé en lo que pude. Desde el primer momento congeniamos y seguramente de ahí todo este proceso le surgió la idea de que la ayudase en la preparación de las oposiciones. Entonces ella se marchó a Hawai y luego a Baleares, donde le sucedió esta historia alucinante que demuestra que la persistencia no ha de emplearse tan solo en el estudio diario, sino en la capacidad de adaptación a las circunstancias y en la búsqueda constante del éxito final.
En fin, nos alegramos por Cristina y su preciosa familia (que pronto crecerá con un nuevo miembro) y por todos los alumnos de las Islas Baleares que disfrutarán de sus clases porque tendrán ante sí un modelo de sabiduría, profesionalidad, empatía y, desde luego, persistencia.
Buenos días
Soy Cristina Blázquez y además de hacer las prácticas contigo en el Uriarte, me apunté al curso Opolengua a principios de 2020.
Una historia alucinante
Te escribo porque me apetece compartir contigo mi historia en las oposiciones de 2023. No será un correo corto. Todavía estoy alucinando.
Como sabes, empecé a prepararme con tu curso, pero por diversas circunstancias personales, unidas a la pandemia, lo dejé muy pronto. Pasó el tiempo y fui madre en noviembre de 2020. Además, en 2021 empecé a trabajar como interina (pues en Baleares se permite sin necesidad de oposición).
A inicios del curso 22-23 vuelvo al estudio de las oposiciones de Lengua
Y así siguió pasando el tiempo hasta que al inicio del curso pasado 22/23 decidí coger tu temario, al que yo sabía que algún día volvería, y empezar a mirarlo.
No era el mejor momento para opositar
No se trataba de un momento idóneo, pues trabajaba a media jornada, tenía un hijo de menos de dos años, estaba inscrita en todas las áreas de los cursos de la competencia digital, cada mes hacía otros cursos para subir en la lista de interinos, etc.
El «plan» fue el siguiente: las mañanas de los martes y los jueves (que no trabajaba) los dedicaba a estudiar y una tarde a la semana me iba de casa para preparar la «Planificación anual de situaciones de aprendizaje». Como ves, la preparación del comentario no entraba en este plan.
El apoyo familiar siempre es decisivo
La situación en mi casa tampoco era perfecta. Vivo en un piso pequeño en el que solo hay una mesa. Es la mesa del salón, que usamos para todo: para comer, para jugar con el niño… Eso quiere decir que si mi marido o hijo estaban en casa, yo no tenía un espacio para estudiar. Esto supuso que, desde enero, todos los fines de semana mi familia se iba a casa de los abuelos y yo me quedaba sola para repasar lo que me había estudiado el martes y el jueves.
En ocho meses dominé quince temas de Lengua
A lo largo de los 8 meses que estudié (martes, jueves y fines de semana), dominé 15 temas. Para saber hacer algo del comentario, incluí en el estudio los temas los que van del 24 al 30, así como el 33 y el 38.
El día D: cómo improvisé un tema 6: El proceso de comunicación. La situación comunicativa.
Y llegó el día de las oposiciones. Mi idea era levantarme e irme en el momento en que no me saliera bola. Y no me salió… Pero salió el tema 6 y gracias al estudio de tu temario, me vi con fuerzas para «crear» un tema 6. Utilicé mis conocimientos del tema 3, 4, 10… y fui montando un tema que tuviera que ver con la comunicación. Sorprendentemente me pusieron casi un 6.
El comentario de las oposiciones no me salió nada bien
Esa misma tarde fue el examen del comentario (poco se habla de la locura que es hacer los dos exámenes el mismo día). No me salió nada bien (como era de esperar) y me pusieron un 3’5 y junto con la primera parte, la nota me quedó en un 4,6 por lo que no pude realizar la encerrona y ahí pareció acabar todo.
Puse una reclamación ante el tribunal para saber por qué tenía una nota tan baja
A pesar de no haberle dedicado apenas tiempo al comentario, me parecía muy poca nota. Así que me decidí a poner una reclamación con el único objetivo de conocer las razones de una nota tan baja.
Contestación de la reclamación: una tilde me quita el aprobado
El tribunal contesta a la reclamación y acto seguido publica las notas definitivas de todos los aspirantes. Por tanto, a partir de ese momento no hay nada más que se pueda hacer. En esta contestación me dicen que me han quitado 2 puntos por dos faltas ortográficas (dos tildes que no había puesto). Efectivamente, una tilde es cierta, se me había escapado. Pero cuál fue mi sorpresa cuando veo que la segunda tilde que me recriminan es en la expresión «Ni que decir tiene que la subjetividad del autor…» (Oración de tu tema 26). El tribunal «consideró» que ese «que» debía ir con tilde.
Recurso de alzada
Ese punto que me robaron injustamente me habría dado acceso a realizar la encerrona (que por cierto, ya habían pasado en el momento de las reclamaciones), así que me entero de que lo único que puedo hacer es interponer un recurso de alzada en Conselleria y esperar tres meses a que alguien me conteste, si es que no hacen uso del silencio administrativo. Las notas definitivas salen, sale también la lista de opositores con plaza y doy todo por perdido.
Comienzo del curso 23/24
Comienzo el curso 23/24, trabajando de nuevo, embarazada otra vez, con un hijo de tres años y volviendo a estudiar el temario por donde lo dejé.
La gran sorpresa
A finales de noviembre me llega una notificación: Conselleria me da la razón, mi tribunal se ha reunido, reconoce su error, se me devuelve el punto y se me cita después del puente de diciembre para realizar la encerrona.
¡A la encerrona!
Imagínate mi sorpresa. Dedico los días de fiesta a preparar muchísimo material y la exposición. Casi ni me acordaba de lo que había programado, lo tenía totalmente abandonado. Realizo la segunda prueba de la oposición y apruebo. Como curiosidad, puedo decir que he sido la primera persona en presentar en nuestra especialidad situaciones de aprendizaje en lugar de unidades didácticas en Baleares.
¡Plaza de Lengua conseguida!
La semana pasada se modificó en el boletín la lista única de aspirantes seleccionados en la que ya aparezco. No me lo puedo creer. En junio únicamente sobró una plaza, la de personas discapacitadas, que al no cubrirse se suma a las plazas del Acceso 1 y por tanto me la han podido dar.
Septiembre de 2024: plaza de Lengua como funcionaria
En septiembre empezaré como funcionaria en prácticas con los opositores que lo consigan este junio. La historia de cómo me ha llegado la plaza no es una gran historia de lucha, años y superación. No es una historia de perseverancia y notazas. Aunque por suerte o por desgracia, en la oposición no es necesario ser el mejor, basta con ser mejor que el que tienes al lado y al final, con mis notas, he resultado ser la número 7 de mi tribunal y eso ha sido más que suficiente.
Agradecimiento por el temario
El motivo por el cual te escribo es porque no sabes en cuánta estima tengo tu temario. Lo guardaré siempre como oro en paño. La forma en la que están escritos los temas, relacionados entre sí… es lo que me ha permitido estudiármelos sin apenas tener tiempo. Es lo que me ha permitido crear un tema nuevo interrelacionando varios. Es lo que me ha permitido hacer un comentario mínimamente digno sin haberle dedicado el tiempo que se merecía. Sé que si no hubiese sido por tu material, no lo habría logrado en esta convocatoria.
Sé que nuestro camino juntos ha sido realmente corto, pero yo me he acordado mucho de ti durante este proceso y tenía ganas de compartir esta historia contigo. Te mando un gran abrazo y de nuevo, muchas gracias.
Cristina