Semana de evaluaciones. Tanto en los institutos como en nuestros cursos, pues esta semana realizamos los exámenes de los Cursos Total y Oro. Es, pues, una semana de intenso trabajo. Y la iniciamos, hoy lunes, con la publicación, como siempre, de la solución de nuestro ¡Ponte a prueba!, el sencillo y amable acertijo con el que retamos alegremente a las nobles personas que preparan la prueba de comentario de texto de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura.
Ya anunciábamos el viernes pasado que sería muy difícil reconocer o acertar el texto elegido, pues no tiene mucha difusión y también es difícil de clasificar genéricamente, pues se trataba de una carta humorística. Sin embargo, ya avisábamos de que, solamente con reconocer la autoría, podría realizarse un comentario muy sólido.
Y, como siempre, nuestros seguidores han dado buena cuenta de su fino olfato literario. Así, David González Garrido lo adscribe acertadamente al género cómico-burlesco y Eva López Santuy, además de esto, lo sitúa acertadamente en el Siglo de Oro. Y Sara Piélagos, San BG y Lydia P García aciertan al señalar la autoría. ¡Enhorabuena a todos ellos y ojalá que el día D tengan la misma fortuna!
Y es que, efectivamente, se trataba de la Carta de un cornudo a otro cornudo, cuya primera publicación es de 1631, pero que circulaba de forma manuscrita mucho antes. La obra se ha clasificado genéricamente dentro de la llamada prosa festiva o humorística, en la que nuestro querido autor, don Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) es el gran maestro de las letras españolas.
Y nada más por hoy. Saludos y ánimo.
Por estas hierbas cumplo veintisiete años y siete días de Cornudo y le prometo a vuesa merced que, mediante Dios, me ha dado mil vidas. Bien sé yo, lo que más sentirá vuesa merced es lo que quedarán diziendo quando pase por las calles. No se le dé un Cuerno aunque le sobren muchos que si da en sentillo se pudrirá, hágalo Gracia y si oyere tratar de Cornudos en algún corrillo diga de ellos peor y más mal que todos, que nosotros así lo hazemos y engordamos. Y esté zierto que nadie puede, aunque sea hombre de bien, dezir mal de los Cornudos, porque nadie dize mal de lo que haze.
¿Deve de pensar vuesa merced que es sólo Cornudo en España? Pues a de advertir que nos damos acá con ellos y que se trata que como oficios se les señales quarto aparte y Calle, como hay lencería y pescadería, haya Cornudería. No sé si hallará sitio capaz para todos. dichoso vuesa merced que es Cornudo sólo en ese lugar, donde es fuerza que todos acudan, y no aquí que nos quitamos la ganancia los unos a los otros, tanto que si no se haze saca de cornudos para otra parte se ha de perder el lugar.
¿Cómo piensa que está rezibido esto de Encornudar que ya se hace inquisición para casarse uno, que después de darles el Dote se obliga a hacerse Cornudo dentro de tanto tiempo y el marido escoge el género de gente con quien mejor le está: extranjeros, seglares o eclesiásticos, y ha de llegar el tiempo en que han de usarse en España con maridos y se ha de llamar Yunta de dos desposados y Vacadas los barrios, aunque la sobra de Mugeres se acogido tanto Cornudo estos años que valen a huebo. Y es un grande señor de la profesión, que antes, quando avía en una Provincia dos Cornudos, se hundía el mundo, y ahora no ay hombre bajo que no se meta a Cornudo, que es vergüenza que no lo sea ningún hombre de bien, que es ofizio que si el Mundo anduviera como havía de andar se había de llevar por oposición como Cáthedra y darle al mas suficiente o, por lo menos, no havía de poder ser Cornudo ninguno que no tuviese su Carta de examen aprobada por los protocornudos y amurcones generales. Haríanse mejor las cosas y sabrían los tales Cofrades del hueso lo que havían de hacer.