Es lunes. Comienza una nueva semana de vida, trabajo y esperanza que afrontamos con fuerza para alcanzar nuestros objetivos semanales. Un tema, un comentario, un apartado de la programación están ahí esperando que los enfrentemos y los alcancemos. ¡Vamos a por ello! La plaza se compone de mil pequeñas acciones y tener esto claro es lo único que nos permite alcanzarla. Aún tenemos tiempo de intentarlo, como indicaba nuestro artículo del pasado martes. Y una de nuestras acciones es publicar la solución semanal del ¡Ponte a prueba!, nuestro dinámico ejercicio que sirve desde 2015 para ayudarse en la preparación de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura en su faceta más complicada: la del comentario de texto.
Ya indicábamos el viernes que el fragmento elegido bien podía aparecer en las oposiciones, pues tanto su autor como su género habían aparecido recientemente en las oposiciones, tanto de Madrid como de Castilla y León. También en otras comunidades, aunque hace cuatro o más años ha aparecido, como Andalucía o Castilla-La Mancha. Y por eso, nos parecía interesante su introducción en el reto. Y como siempre, nuestros seguidores no han fallado en su cita, demostrando su gran bagaje literario.
Y así, nuestras seguidoras destacadas Eva López Santuy y MariÁngeles Bermejo señalan acertadamente el tema de la honra y su ubicación temporal en el Siglo de Oro. Otra de nuestras seguidoras destacadas, Laura Alacid Moreno realiza, como siempre, un acertado análisis de los rasgos filológicos que ofrece el texto y además lo sitúa acertadamente en su género y época literaria. Y hacen pleno en esta ocasión dos personas: nuestra seguidora destacada Lidia Parra González y Sara Lorenzo. Esta última incluso señala acertadamente la ubicación funcional del fragmento dentro de la propia obra. ¡Enhorabuena a todas ellas y ojalá que tengan el día D esa misma fortuna!
Y es que efectivamente, se trataba de uno de los parlamentos finales que realiza Don Gutierre en el acto III de El médico de su honra (1637), una de las grandes obras de Pedro Calderón de la Barca (1600-1681)), en la que se analiza la maquinaria de la honra. Además de lo señalado por nuestras seguidoras, debemos aprender de este ¡Ponte a prueba! que es muy común en las oposiciones que se pongan versos extraídos de una obra dramática retirando acotaciones o incluso como aquí, a los personajes que los dicen, dando la sensación de que son textos pertenecientes al género lírico. Por ello, hay que estar atentos a esta cuestión.
Y nada más por hoy. Nuestro recuerdo a las víctimas de Valencia y sus familiares. Saludos y ánimo.
A besar, señor, tus plantas,
y de la mayor desdicha,
de la tragedia mas rara,
escucha la admiracion
que eleva, admira y espanta:
Mencia mi amada esposa,
tan hermosa como casta,
virtuosa como bella,
dígalo a vozes la fama;
Mencia, à quien adorè
con la vida y con el alma;
anoche à un grave accidente
viò su perfeccion postrada
por desmentirla divina
este accidente de humana:
vn Medico, que lo es
el de mayor nombre y fama,
y el que en el Mundo merece
inmortales alabanças,
la recetò una sangria
porque con ella esperava
restituir la salud
à un mal de tanta importancia;
Sangròse en fin, que yo mismo,
por estar sola la casa,
llamè al Sangrador, no aviendo;
ni criados ni criadas;
A verla en su cuarto, pues,
quise entrar esta mañana;
(aquí la lengua enmudece,
aqui el aliento me falta);
veo de funesta sangre
teñida toda la cama,
toda la ropa cubierta,
y que en ella, (ay Dios!), estava
Mencia, que se avia muerto
esta noche desangrada:
ya se ve cuán fácilmente
una venda se desata.
Pero, para què presumo
reducir oy a palabras
tan lastimosas desdichas?
Buelve à esta parte la cara
y veràs sangriento el Sol,
veràs la Luna eclypsada,
deslucidas las Estrellas
y las Estrellas borradas;
y veràs á la hermosura
mas triste, y mas desdichada,
que por darme mayor muerte
no me ha dexado sin alma.