Estamos a mediados de noviembre y con la nave del estudio a toda vela. Y hoy comienza un nuevo fin de semana y como cada viernes, volvemos con nuestro ¡Ponte a prueba!, ese acertijo que quiere acompañar a quienes preparan la prueba de comentario de texto de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura brindándoles un amable ejercicio de reconocimiento textual, de forma que pueda servirles para situarles de forma más relajada y amena ante lo que pueden sentir el propio día D. Como siempre, el reto informal está abierto a todas las personas de ambos hemisferios que aman nuestra lengua y literatura.
El texto de la semana
Hoy traemos un texto que yo disfruté mucho en las clases de la universidad y que siempre resulta inolvidable por su temática y su estilo, por lo que es posible que sea reconocido rápidamente por quien lo haya leído. Si no lo reconocemos, siempre podemos explicarlo y hacer un buen comentario adscribiéndolo razonadamente a una época, un género y un movimiento literario.
¿Cómo participar?
Para participar debemos escribir comentarios en la página de Facebook de opolengua.com (no en la mía personal) hasta el domingo por la noche. Las normas para participar en el reto son las de siempre: escribir los comentarios sin leer los anteriores y no consultar internet para resolver el enigma, pues el día D no tendremos más apoyo que nuestra propia sabiduría. Nosotros daremos la solución del acertijo y la lista de acertantes el lunes.
Y nada más por hoy. Saludos y ánimo.
El Provincial es llegado
a aquesta corte real,
de nuevos motes cargado,
ganoso de decir mal,
y en estos dichos se atreve,
si no que culpen a él,
si de diez veces las nueve
no diere en mitad del fiel.
¡Ah, fray capellán mayor,
don Enrique de Castilla!
¿a cómo vale el ardor
que traéis en vuestra silla?:
-«A fray Enrique Cañete
y Gonzalo de Luzón;
a fray duque de Alburquerque,
que es el mayor garañón».
¡Ah, fray conde sin condado,
condestable sin provecho!,
¿a cómo vale el derecho
de ser villano probado?:
-«A oder y a ser odido
y poder bien fornicar,
y aunque me sea sabido,
no me puedan castigar».
A ti, fraile mal cristiano
que dexaste el monasterio,
¿por qué haces adulterio
con la mujer de tu hermano?:
-«Por haber generación,
que no se pierda el linaje
ni se acabe ni se abaje
por falta de algún varón».
A ti, conde Cascorvillo,
renegador en cuaresma,
que te dieron Ledesma
por labrar en Val Hondillo,
y es pública voz y fama
que odiste personas tres:
a tu amo y a tu ama
y a la hija del marqués;
odes al rey y a la reina,
odes las tres Badajoces,
y todo el mundo se espanta
como no odes a la infanta.