En esta página van a ir apareciendo los testimonios de las personas que durante este año alcanzaron su plaza. Entre ellas podemos listar aquí a algunas que nos han dado permiso según el ROPD para publicar sus nombres, como son: Ramiro Martín Gozalo (Andalucía), Ana Castillo Casanova (Andalucía), Rosario Solís Muñiz (Andalucía), Ana Sánchez Calvillo (Andalucía), Verónica Prezioso (Andalucía), Yolanda Lobato Burgos (Andalucía), Cristina Siles Correro (Andalucía), María Ángeles Ruiz Rivas (Andalucía), Carmen Rocío Sánchez Díaz (Andalucía), Ederita de la Fuente Blanco (nº 5 en Castilla La Mancha), Abel Plumed Herranz (Aragón), Paz Molina Zea (Aragón), Elena de Pablos Trigo (Madrid), Ana Morales de Dios (Madrid), María Mazo Muñoz (Madrid), Ramiro Martín Gozalo (Madrid), María Sanjuán Bustos (Madrid), Sara Sanz Rivas (Madrid), Trinidad Escabias García (Madrid), María Rodríguez Blanco (Asturias), Cristina Blázquez (Baleares) y María Elena López de la Fuente (Cataluña).
Como ya indicamos en esta entrada, han sido unas duras oposiciones en las que ha sido más difícil obtener la plaza que en convocatorias anteriores.
Verónica Prezioso (Andalucía): “De cómo me saqué las oposiciones de Lengua a la primera.”
De cómo me saqué la plaza a la primera si no me salió bola y tengo una dificultad de aprendizaje.
Dislexia
Cuando tenía veinte años me pasé un verano leyendo Los Miserables de Víctor Hugo. Más de mil páginas en las que se repite el nombre de los avaros Thénardier. Sin embargo, hasta que escuché su nombre pronunciado por alguien, para mí eran los Tendelier*. Con veintipico de tacos, casi licenciada por la UGR (donde estudié Derecho y Ciencias Políticas), me enteré de que algo no era superfulo*, sino superfluo. Y de estas tengo muchas. Mis compañeros de trabajo de la UNIR (donde trabajé ocho larguísimos años) se partían de risa cuando decía conveño* colectivo o llamaba a Taña* a mi compañera Tania. Esta tara fonológica no me impidió estudiar con excelentes notas gracias a mi esfuerzo y, evidentemente, a otras habilidades que la compensaban. Más tarde empecé el Grado en Lengua y Literatura en la UNED (con muy buenas notas también), que dejé en el tercer curso para dedicarme a las oposiciones. Hasta aquí bien. Había desarrollado ciertas estrategias como revisar los trabajos y exámenes antes de entregarlos o esforzarme mucho siempre.
Dislexia y oposiciones
El problema empezó en 2021 cuando me enfrenté a la preparación de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura y me di cuenta de que era incapaz de escribir tres mil doscientas palabras en dos horas sin cometer errores: omitía letras, sílabas, tildes e incluso, en ocasiones, cometía alguna falta de ortografía en palabras que había escrito miles de veces y cuya regla conocía. Aquí no había tiempo de revisar. En 2022, por fin, me hice las pruebas que confirmaron una dislexia fonológica, ya muy moderada debido a tantos años de estudio y al desarrollo de estrategias compensatorias. Confirmar esto fue a la vez un alivio y un varapalo. ¿Sería capaz de aprobar (no hablaba de sacar plaza, sino de aprobar) la oposición de Lengua y Literatura?
Mala suerte en el sorteo de las oposiciones
El día D llevaba 45 temas perfectamente estudiados y 3 para defenderme. No salió ninguno. Me vine abajo: dos años y mucho dinero perdido. Como había preparado muy bien la prueba de comentario de las oposiciones, decidí no levantarme y hacerlo a modo de autoevaluación. No pensaba en aprobar. Cuando terminé los dos comentarios, pensé que me habían salido bastante bien. Entonces miré los temas apuntados en la pizarra y se me empezaron a caer las lágrimas. Pedí ir al baño. Me sequé las lágrimas. Me comí un caramelo de café. Volví a sentarme. Elegí un tema, el más fácil, el tema 5. Hice un esquema rápido, un batiburrillo sacando información de un tema y de otro, y me puse a escribir. Escribí poco. No me dio tiempo a revisarlo todo, no me dio tiempo a escribir una conclusión… Era evidente que iba a suspender.
Dos semanas de pesadilla y al final… la plaza
Durante las siguientes dos semanas me abandoné a la típica depresión de sofá. Me molestaba que la gente me dijera igual apruebas, nunca se sabe (incluido Eduardo, que me lo advirtió y me escribió: “no aflojes ahora”). Pero hasta que salieron las notas no pude tocar nada de la programación. Se me hacía un nudo en el estómago cada vez que veía el trabajo invertido. Menos mal que la tenía completamente terminada y solamente me quedaba estudiarla, porque, ¡oh, sorpresa!, cundo salieron las notas, ¡estaba aprobada! Y no solo estaba aprobada: era la séptima de mi tribunal. Y no solo era la séptima de mi tribunal: habíamos aprobado 17 personas y había 13 plazas. Me preparé la defensa en una semana (fui la segunda en defender). Me salió una úlcera gástrica. Y me saqué plaza.
¿Cómo saqué la plaza si ni mis condiciones personales ni las contextuales eran las más favorables?
Punto 1. Haciendo un curso excelente, el Curso Opolengua Oro, que dura dos años y que es completísimo.
Me costó mucho seguir el método de Eduardo. Reconozco que yo hice reajustes y lo adapté a mis características y necesidades, pero la base fue esencial. Seguí el sistema de memorización y, aunque me costó horrores, me aprendí los temas perfectamente.
El temario de Opolengua es fácil de estudiar
Los temas de Opolengua son claros, concisos y fáciles de estudiar. Yo los personalicé bastante, completando o cambiando cosas a partir de apuntes y libros de las asignaturas que había cursado en la carrera, pero partí de una base excelente.
Cómo hacer dos buenos comentarios en las oposiciones de Lengua en dos horas y media
Ay, los comentarios de texto... Nunca pensé que sería capaz de hacer dos comentarios de texto en dos horas y media. Yo tenía que revisar todo lo que escribía para no meter la pata. Era imposible. Pero seguí adelante. Aunque con una terrible carga mental y emocional, y llena de inseguridades y de malos momentos, seguí. Fui ajustando el tiempo, fui puliendo la técnica. Un mes antes del examen las cosas empezaron a cuadrar. Y es que, si hay algo destacable de Opolengua, es la calidad del curso de comentario de texto: cantidad, calidad, profundidad y realismo. Son comentarios honestos, que Eduardo realmente ha resuelto en el tiempo estipulado en las oposiciones de Lengua y que, sin embargo, contienen todo lo importante y son redondos.
El curso Opolengua vincula el estudio de los temas con la realización de los comentarios
Además, el curso de comentario está vinculado al temario y a las excelentes guías de lectura elaboradas por él. Todo encaja, todo está relacionado. Poco a poco, las cosas van haciendo clic en tu cabeza y, en un momento dado, eres capaz, no sabes cómo, de identificar los textos, de hablar de sus temas, de comentar sus rasgos en todos los niveles, de relacionarlo con otros textos de la historia de la literatura… Por ello saqué la segunda nota más alta de mi tribunal en la prueba de comentario. Evidentemente, para que obre el milagro, tendrás que trabajar mucho. Los materiales son solo el punto de partida. Y aquí viene el segundo punto.
Punto 2. Matarme estudiando.
Leí absolutamente todos los textos obligatorios que propone Eduardo y muchos más, repasé con profundidad todas las guías de lectura, hice muchísimos comentarios, estudié bastantes temas e hice una programación LOMLOE con todas las SA desarrolladas, doce guías de lectura, una página web, un blog, etc.
Punto 3. No quedarme con dudas e ir siempre al fonde de las cosas.
Y aquí tengo que decir que Eduardo es un preparador de Lengua y un profesional con todas las de la ley. Responde siempre a todas tus dudas y lo hace rápido. Yo lo freí a correos: a veces hasta dos o tres correos diarios. Fui una alumna insegura, exigente y pesada. Pero Eduardo siempre me respondió con profesionalidad y amabilidad. Jamás me puso una pega. Además, algo que valoro muchísimo es que está abierto a sugerencias o propuestas de mejora: las escucha siempre y, si es posible, las incorpora. No digo que Eduardo sea perfecto, ninguno lo somos, pero como preparador de Lengua es tremendamente autoexigente, obsesivo y autocrítico, lo que lo hace estar siempre disponible, ser muy meticuloso en sus correcciones y estar siempre abierto a sugerencias o propuestas de mejora.
El Curso Opolengua Oro está diseñado para opositores que busquen la excelencia
Yo diría que Opolengua no es lugar para cualquier tipo de opositor: es un curso para personas que busquen la excelencia. Eduardo es un preparador de Lengua que no va a ir detrás de ti. No será tu padre ni tu secretario ni tu sindicato. Hay cosas que tendrás que hacer por ti mismo. Pero te dará unos materiales excelentes y estará siempre disponible para resolverte cualquier duda.
Elena de Pablos: número uno de su tribunal y séptima mejor nota en las oposiciones de Lengua Madrid 2023
Objetivo cumplido: séptima mejor nota de las oposiciones de Lengua en la Comunidad de Madrid
Me llamo Elena de Pablos y, después de años durísimos, he conseguido el objetivo que llevo persiguiendo desde 2019. Hoy celebro que, gracias a mi esfuerzo, sacrificio y constancia, he conseguido la plaza, siendo la número uno de mi tribunal y la séptima mejor nota de Lengua Castellana y Literatura en la Comunidad de Madrid.
Constancia y esfuerzo
Nunca he dejado de estudiar. Tras licenciarme en Filología Hispánica, realicé dos másteres y continué con el Grado en Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación. En 2015 y, mientras continuaba con mis estudios de japonés, comencé el doctorado que finalicé en 2019, obteniendo Mención Cum Laude en mi tesis doctoral. Y en mayo de 2019 me vi con muchos estudios y muy pocas salidas laborales. ¿Y ahora qué debía hacer? Después de varios trabajos poco cualificados y temporales, necesitaba encontrar una estabilidad laboral.
Las oposiciones de 2020 y la pandemia
Con ese deseo comencé a preparar las oposiciones en octubre de 2019. Me apunté a una academia y empecé a estudiar duro; tenía claro que necesitaba asegurar los temas y me mentalicé de que debía llevar al menos cincuenta. Sin embargo, llegó la pandemia y las oposiciones se retrasaron a 2021, lo que suponía un año más de estudio y el alejamiento de mi objetivo.
Las oposiciones de 2021: comienzo como interina
En 2021 me presenté a las oposiciones en el tribunal 1 y salí muy contenta; sin embargo, al ver las notas, no había aprobado el examen de los comentarios de texto, quedándome con un 4’71 de media ponderada y no pasando a la segunda fase de las defensas. Quedé devastada y no comprendía qué había podido pasar. Mis compañeros de la academia habían aprobado mayoritariamente y yo no encontraba consuelo con nada; sentía mucha impotencia y frustración. Decidí entonces que era el momento de desconectar y darme un tiempo. Lo único bueno era que en septiembre de 2021 comenzaría a trabajar de interina y podría ganar un sueldo realizando un trabajo que me gustaba.
Una plaza tendría que ser para mí en las oposiciones de Lengua de Madrid 2023
El curso 2021-2022 fue difícil y estresante para mí: me asignaron 1º y 2º de Bachillerato y mis compañeros del departamento no utilizaban libros para estos cursos, por lo que yo asumí el reto: debía diseñar para mis alumnos todos los apuntes y ejercicios con los que iba a trabajar, lo que suponía muchísimo trabajo diario. En enero de 2022, después de las navidades, decidí que era el momento de volver a estudiar y me convencí de que la constancia y el esfuerzo me otorgarían la plaza. Así, desde enero del pasado año hasta junio de 2023, y descansando solo en agosto de 2022 y una semana en los periodos vacaciones de Semana Santa y Navidad, he estudiado duramente para conseguir mi sueño: una plaza tendría que ser para mí.
Buscar ayuda para preparar los comentarios de texto
En agosto de 2022 me di cuenta que iba a necesitar ayuda con los comentarios de texto. ¿Cómo saber si los estaba haciendo bien? En la Comunidad de Madrid no se publican las rúbricas de los exámenes y nunca supe en qué falle en el examen de 2021; ¿y si volvía a ocurrir? No podía suceder de nuevo y tenía que hacer todo lo posible para impedirlo.
Contacté con Eduardo por el boca a boca
Conocía la página web de Opolengua por los textos del “Ponte a prueba” ya en 2020 y volví a ella para leer los testimonios de aprobados de 2021. La casualidad hizo que una de las personas aprobadas de ese año fuera una compañera mía de Filología Hispánica; aún conservaba su teléfono y decidí preguntarle por Eduardo de Opolengua. Después de que ella me lo recomendara fervientemente como preparador, contacté con Eduardo en agosto de 2022, contratando el “Curso de Comentario Total” y empezando a estudiar en septiembre.
Un ritmo de estudio brutal
Entre septiembre de 2022 y junio de 2023 he estudiado intensamente entre 20-27 horas semanales y, gracias a Eduardo, he aprendido a hacer comentarios de texto. Ha sido un camino duro y lleno de baches. En octubre de 2022, cuando me enfrentaba al primer examen del Curso de Comentario de Texto y estudiando 25 horas semanales, sufrí un fuerte ataque de ansiedad. No tenía tiempo para nada y un simple atasco, que me haría llegar más tarde a mi casa y suponía tener menos tiempo para estudiar, me generaba una ansiedad terrible, llegando a no dormir esa noche por no cumplir los objetivos que yo misma me había marcado; además, habían vuelto mis peores temores a mis pesadillas: suspender la oposición.
Dominar la ansiedad sin dejar de estudiar
Hablé con Eduardo que me ayudó a comprender que no podía seguir así y que debía bajar el ritmo. Establecí 20 horas de estudio semanales, los picos de trabajo descendieron levemente (¡volvía a ser profe de Bachillerato en el curso 2022-2023!) y la ansiedad se redujo considerablemente. Con los meses fui aumentando horas de estudio hasta llegar a 30 horas algunas semanas, pero siempre intentando controlar la ansiedad para no llegar a una crisis.
Pulir mi programación didáctica
En abril de 2023 le comenté a Eduardo que necesitaba que me corrigiera la programación didáctica, ya que, si conseguía pasar a la segunda fase, debía asegurarme de que no tuviera errores, por lo que contraté la corrección de la misma. Poco a poco fue puliendo mi trabajo e hizo que me sintiera segura con ella. ¡Podría defenderla si se presentaba la oportunidad!
Resultados de los dos primeros exámenes: Número uno de mi tribunal
Llegó junio y realicé los dos primeros exámenes. Estaba tan nerviosa que no lo hice tan bien como deseaba y, al volver a casa, solo recordaba lo que no había escrito; empecé a pensar que podía haber suspendido de nuevo. Sin embargo, mis miedos me crearon una falsa impresión y pasé a la segunda fase con un notable, obteniendo la mejor nota de mi tribunal (el tribunal 1 de nuevo) en el examen de los comentarios de texto y en el tema. Me jugaba mi plaza en las defensas de la programación didáctica y de la unidad.
9’7 en la defensa de la programación didáctica y 9’9 en la defensa de la unidad. Séptima mejor nota en las oposiciones de Lengua de Madrid 2023
Presenté mi programación didáctica y mi unidad; creía que había hecho un buen trabajo, pero nunca sabes si ha gustado lo suficiente al tribunal. Fue una sorpresa enorme cuando salieron las notas: 9’7 en la defensa de la programación didáctica y 9’9 en la defensa de la unidad. Mis notas, junto a mis estudios previos, me han brindado una nota muy alta. He sido la número uno de mi tribunal y tengo la séptima mejor nota de Lengua Castellana y Literatura en la Comunidad de Madrid. Ha costado muchísimo, pero la plaza ya es mía.
El esfuerzo, el sacrificio y la constancia tienen su recompensa
Eduardo me ha acompañado en este duro proceso y, gracias a él y a su equipo, he podido perfeccionar los comentarios de texto que, en la comunidad de Madrid, tienen un peso del 70% y son decisivos para pasar a la segunda fase y conseguir la plaza. Hoy puedo decir con una sonrisa que el esfuerzo, el sacrificio y la constancia tienen su recompensa.
R. Solís: Número 2 de su tribunal en las oposiciones de Lengua 2023 (Andalucía)
¿Cómo nos conocimos?
Conocí a R. Solís en 2020. Le había dado mi teléfono un buen amigo y gran opositor al que yo había ayudado a obtener su plaza en 2010. Y a su vez R. Solís es amiga de varias periodistasa las que yo había ayudado en su preparación. Lo cierto es que desde que en 2004 ayudé al primer periodista a obtener su plaza en las oposiciones de Lengua, me fueron saliendo en progresión geométrica periodistas y personas de otros ámbitos a los que procuraba atender aliviando las posibles lagunas que tuvieran al no haber cursado Filología Hispánicaseñalándoles qué era lo esencial que tenían que saber para aprovechar su limitado tiempo. Afortunadamente, eran personas persistentes que coronaban su esfuerzo con una merecida plaza. De hecho, por eso hice en 2016 el Curso Opolengua Oro, un curso pensado explícitamente para estas personas.
Las oposiciones de Lengua deben ser la piedra de toque para identificar a un buen docente
Ello me granjeó al principio la incomprensión de algunos opositores que veían como intrusismo la aparición de estos nuevos competidores. Yo jamás lo vi así. Las oposiciones deben ser(y para eso deben estar) la piedra de toque, la demostración definitiva de la capacidad de una persona. Y muchas veces he visto que entre periodistas o traductores hay personas verdaderamente apasionadas por la literatura y la lengua española que merecen, si demuestran ser mejores en las pruebas, una plaza en nuestro sistema de enseñanza.
Las virtudes de una gran persona
Acabado este inciso, digo, conocí a R. Solís por un amigo común. Y desde el principio, en una larga conversación, vi que podríamos llegar a buen puerto. Realista, con las ideas muy claras y con una gran ilusión por conquistar su plaza. Además, con gran capacidad de expresión oral, simpática y bienhumorada. Esto último parece una cuestión menor. Y no lo es. R. Solís, como ya intuí en la conversación es ese tipo de persona que pone siempre al mal tiempo buena cara y es capaz de ver el lado positivo de una situación por compleja que sea. Su propia singladura vital en estos tres años me lo ha demostrado largamente, pues se ha enfrentado apruebas vitales muy fuertes y, a pesar de ello, ha conseguido mantener su preparación con el timón firme. Esa fortaleza personal le ha dado la plaza.
Sus virtudes hoy son capital humano del sistema de enseñanza público
Y esa fortaleza es hoy un activo del sistema de enseñanza pública de Andalucía, pues donde vaya R. Solís no irá solo su sabiduría, su sensibilidad literaria demostrada en decenas de comentarios y sus conocimientos de lengua y literatura demostrados en el dominio del temario, sino ese ejemplo personal, porque por supuesto, su lema adoptado de Marianela: “Adelante, siempre adelante” servirá de inspiración a sus alumnos y a sus compañeros.
Por cierto, nos vemos en Rota pronto, para navegar juntos.
R. Solís (Andalucía) “Adelante, siempre adelante”
De Marianela a mi propia vida
«Adelante, siempre adelante…(me gusta esta frase, y si yo tuviera escudo, no le pondría otra divisa)». Teodoro Golfín pensaba estas palabras mientras se dirigía a Socartes. Como Teodoro, yo carecía de escudo, pero tenía frente a mí el reto de unas oposiciones y esa divisa, escrita por Benito Pérez Galdós en Marianela, la convertí en mi lema de campaña. Porque no nos engañemos, unas oposiciones son una batalla. Una lucha larga en el tiempo, que requiere esfuerzo, sacrificio y cuando el ánimo decae, hay que buscar a qué aferrarse.
El día D, cuando llevaba más de tres horas escribiendo y me dolía la mano, regresaba a ese mantra
Aunque siempre me he mantenido alejada de las supercherías, los gurús y los libros de autoayuda, lo cierto es que aquellas palabras las repetía cuando flaqueaban las fuerzas. Cuando la pereza hacía acto de presencia, las volvía a decir. Hasta el día D, cuando llevaba más de tres horas escribiendo y me dolía la mano, regresaba a ese mantra. Y aquel «adelante, siempre adelante» hoy es una plaza comoprofesora de Lengua Castellana y Literatura.
Trabajo, apoyo familiar y Eduardo López Prieto, mi preparador de Lengua
La conquista no ha sido fácil. El éxito llegó en el segundo asalto a esa fortaleza que a veces parecía inexpugnable. Sin trabajo, sin horas de estudio y sin el apoyo familiar no lo habría alcanzado. Tampoco habría llegado a buen puerto sin la preparación brindada por Opolengua y su creador, Eduardo López Prieto, en quien confié desde el momento en el que me planteé opositar.
Llegué a Opolengua por el boca a boca
Cuando tomé la decisión de dar un golpe de timón a mi situación laboral (aquí utilizo un símil náutico en claro homenaje a la pasión marinera de Eduardo), contacté con antiguos compañeros de la profesión periodísticaque se habían puesto años atrás en sus manos y lograron el éxito de inmediato. Las buenas referencias y una larguísima conversación telefónica me terminaron de convencer: su seriedad, su seguridad, que en ningún momento me intentara vender soluciones mágicas a retos difíciles y, sobre todo, su realismo a la hora de exponer a qué me iba a enfrentar fueron la clave.
Un gran temario, exigencia, rigor y respuesta inmediata
La impresión inicial se materializó en el temario, en la exigencia de su método de estudioy la rigurosidad de sus correcciones que se convirtieron en las mejores armas para lograr el objetivo. Aunque no he precisado de su asesoramiento ni de su apoyo moral, como me consta que sí lo hace con absoluta dedicación a sus opositores, sí debo destacar que cuando he necesitado consultar alguna cuestión, la interlocución ha sido inmediata, algo de vital importancia cuando ya se está en los días previos a las pruebas, que es el momento en el que asaltan las dudas de última hora, foco generador de no pocos miedos e inseguridades.
En 2021, con solo meses de preparación, ya aprobé las oposiciones de Lengua
La prueba de la eficacia de su Método de Estudio es que al primer asalto estuve a punto de conseguirlo. En la convocatoria de 2021, con solo nueve meses de preparación y siguiendo al milímetro las indicaciones de Eduardo, aprobé las oposiciones, pero me quedé sin la ansiada plaza. Fue frustrante quedarme a las puertas por solo unas décimas, pero aún lo fue más que durante dos años no me llamaran para ninguna sustitución, algo que además lastraba mis posibilidades en la convocatoria de 2023 al no tener tiempo de servicio.
Persistir y ser la segunda mejor nota de mi tribunal
Sin embargo, no me rendí ni bajé la guardia. Volví a la carga y , de nuevo, bajo la supervisión profesional, seria y minuciosa de Eduardo. Hoy puedo decir, sin lugar a dudas, queuno de mis mayores aciertos fue matricularme en sus cursos: desde julio de 2023, con la segunda mejor nota de mi tribunal, ya soy funcionaria en prácticas.
El crecimiento personal es la gratificación final de obtener la plaza en las oposiciones de Lengua
Pero para mí la gratificación final, la ansiada recompensa, no está solo en la consecución de la plaza. Está en un intenso aprendizaje que abarca los contenidos interiorizados, la sistematización de cómo se debe hacer un comentario de texto y en la preparación de la defensa de una programación didáctica, pero también el crecimiento personal. Como dije al principio, unas oposiciones son una batallacontra otros opositores, contra el desánimo, contra la tentación de abandonar y cuando todo eso se supera, al final se experimenta una alegría indescriptibleporque la victoria también entraña un proceso vital de ganar seguridad y confianza en uno mismo.
Ramiro Martín Gozalo: Obtener la plaza de Lengua en dos comunidades
Hoy traemos el testimonio de Ramiro Martín Gozalo, que ha conseguido este año una hazaña: obtener la plaza de forma brillante en las oposiciones de Lengua 2023 en dos comunidades a la vez: Andalucía y Madrid.
Desde que lo traté y comencé a corregir sus trabajos supe que tenía ante mí a una persona con gran sentido práctico. Había decidido comenzar su preparación con suficiente tiempo y tenía las ideas claras. Como sabes, en Opolengua cada persona es quien marca sus tiempos. Yo soy un guía y me esfuerzo en personalizar los cursos, Así que en febrero de 2022 comenzamos el Curso Total 2023 por el método de estudio y los temas. Pronto aprecié que tenía buena memoria y era muy tenaz, como buen montañero. Su ritmo de estudio era uniforme y tenía la gran virtud de adaptarse a las situaciones vitales que iba atravesando con ilusión y sin perder la esperanza. Además, tenía un gran manejo de la lengua española. Sus prácticas de comentario y temario iban fenomenalmentey la programación también era fantástica. Yo confiaba en que obtuviera la plaza y lo hizo brillantemente, al hacerlo en dos comunidades simultáneamente.
Hoy la Comunidad de Madrid cuenta con un nuevogran profesor. El sistema de enseñanza público gana con él un gran activo, una persona inteligente, seria, trabajadora y muy responsable. ¡Enhorabuena para sus alumnos y para él mismo!
Ramiro Martín Gozalo: Obtener la plaza en las oposiciones de Lengua en dos comunidades
Mi nombre es Ramiro Martín Gozalo y voy a hablar de cómo en las oposiciones de 2023 logré sacar la plaza en la Comunidad de Madrid y en Andalucía mientras trabajaba de interino y con dos niñas, una de tres años y la otra nacida un año antes del examen.
Mi recorrido hasta alcanzar la plaza
El recorrido hasta alcanzar la plaza en mi caso fue bastante incierto. Nada más terminar el máster de profesorado me surgió trabajo como guía turístico. Intenté estudiar por mi cuenta y hacer esquemas de unos temas que había comprado, pero no supe compaginarlo con el trabajo: lo vi como un imposible. Un gran error. Si hubiera conocido a Eduardo seis años antes, seguramente habría sacado la oposición hace tiempo.
Mis primeras oposiciones de Lengua
En el curso 2020-2021 tuve la oportunidad de hacer una sustitución como profesor de Lengua durante siete meses y me presenté de casualidad a la oposición del 2021. Logré aprobar la primera fase, gracias a que me cayeron un tema y unos textos que había trabajado bastante durante el curso, pero caí en la programación y su defensa, que preparé solo durante una semana y fue un despropósito.
A la búsqueda de un preparador de Lengua
En ese momento fui consciente de lo cerca que lo había tenido y la buena oportunidad que había dejado escapar y me propuse firmemente no dejar pasar la siguiente. Busqué un preparador en internet y hallé a Eduardo López Prieto. Los testimonios sobre su experiencia y pragmatismo me llamaron mucho la atención, eso era lo que yo necesitaba, un preparador eficaz, que conociera bien las distintas pruebas y que me ayudara a prepararlas sin “dar rodeos”.
Inicio de los cursos de Opolengua y cargas familiares
De esta manera a comienzos de 2022 inicié los cursos de Opolengua, un mes antes de que naciera mi hija y poco después de comenzar a trabajar como interino. Pensé que con la baja (iniciada en marzo y unida al verano) podría estudiar mucho, pero mis hijas me exigían mucho tiempo. No obstante,fui sacando adelante algunos temas (unos 9 en julio) sin perder la esperanza ni mis objetivos.
La suerte de tener un buen horario como interino
En agosto y septiembre tuve un bache importante en mi estudio. Sin embargo, mi ritmo de estudio y mi organización cambiaron para bien en octubre de 2022 cuando me asignaron una sustitución como interino en Villalba, con un horario maravilloso que me permitió estudiar bastante cada día.
Adaptar el método de estudio y repaso de Opolengua a mis circunstancias personales
A partir de entonces hice de mis problemas y dificultades mi principal fuerza y adapté el maravilloso método de estudio de Eduardo. De lunes a jueves lograba sacar unas ocho horas de estudio y debía aprenderme un tema en esas horas. Era poco tiempo de estudio por lo que lo aproveché al máximo y con una concentración absoluta. Como no sacaba tiempo para hacer repasos sentado y tranquilo (en mi casa era imposible) hacía los repasos yendo en coche al trabajo y volviendo (me repasaba todo el tema de memoria). El otro momento “clave” para los repasos se daba en las noches en las que el bebé no se dormía y había que acunarlo o darle biberones a horas intempestivas. En esas noches podía repasarme completos varios temas. Así un gran obstáculo para mi preparación se convirtió en una fuerza, cuanto menos dormía más repasaba.
¿Cómo preparé el comentario de texto?
La otra parte de la preparación y en la que creo, más destaca Eduardo, es en loscomentarios. Su labor en este apartado es impecable. Es un buen maestro, muy realista, que conoce la prueba y las circunstancias que la rodean y por ello sus enseñanzas son sumamente fructíferas. Cualquiera de sus comentarios sirve por extensión, calidad y profundidad como un gran ejemplo para preparar la prueba. Como corrector es minucioso y riguroso y además sabe alentar y hacerte ver no solo tus fallos sino también tus puntos fuertes.
Al final llegué a las oposiciones con más temas de los planeados inicialmente
Así poco a poco, aprovechando los huecos de mi horario fui sacando temas, haciendo comentarios, redactando la programación… era un viaje constante, sin pausa, en el que pude disfrutar y dedicar tiempo a la familia porque supe aprovechar cada instante que tenía disponible para la oposición. En todo momento me marqué un objetivo de 22-24 temas para mayo (logré llevar 26 pues varios meses estudié tres temas), número que aumentó en junio con algunos temas “por si acaso”.
El esprint final hacia la plaza
Aún así, el último mes tuve que sacrificar varias semanas sin ver a mis hijasde lunes a viernes para terminar de preparar comentarios, consolidar temas y ultimar la programación y la unidad didáctica.
Afrontar el día D con ilusión, seguridad y esperanza
Por fin llegó el día D. En mi caso dos días D, pues me había inscrito también en Andalucía por si no coincidían las fechas, para así tener una oportunidad más de sacar la plaza. ¡Y eso fue lo que ocurrió! Las sensaciones cuando se acercaba el examen he de decir que fueron agradables, puesto que el método y la sistematización de trabajo que se logra con Eduardo dan una gran seguridad. Cuando los compañeros, también interinos, preguntaban los meses anteriores qué tal lo llevaba respondía que bien, algo que les sorprendía. Al fin y al cabo seguía mis rutinas, iba sumando temas poco a poco y haciendo buenos comentarios y exámenes. Podía no conseguirlo en 2023, pero iba por el buen camino para llegar a buen puerto en algún momento.
El factor suerte siempre presente en las oposiciones
Y lo que es la suerte. En Madrid vi los cuatro temas que habían caído y por un momento pensé, “no llevo ninguno”. Sin embargo, el tema de la renovación del teatro a principios del siglo XX era uno de esos temas preparados “por si acaso” de manera que lo pude defender con dignidad (un 5). En Andalucía en cambio cayeron tres temas que me había preparado perfectamente y dos que me habían caído en los exámenes de preparación.
Una gran nota en los comentarios de texto
En los comentarios, de nuevo mi agradecimiento a Eduardo, fui el tercer mejor de mi tribunal en ambas comunidades.
Los esfuerzos finales: para la programación y la unidad
Los últimos esfuerzos los dediqué a la programación y a la unidad didáctica. La parte más importante ya la había realizado a lo largo del curso: metodología, secuenciación de unidades, criterios de evaluación y calificación y una unidad modelo para desarrollar las demás. Así la semana de margen entre fechas la dediqué a preparar material para todas las unidades y preparar una defensa digna. Como adelantaba al principio, todo el trabajo tuvo su recompensa: obtuve la plaza en las dos comunidades.
Las oposiciones de Lengua para mí fueron un regalo
Como valoración general de mi viaje como opositor tengo que decir en primer lugar que para mí fue un regalo. Me hizo recordar mi vocación y mi pasión por la lengua y la literaturatras unos años en los que la había aparcado. Disfruté muchísimo aprendiendo temas que no sabía, recordando otros, buceando en la historia y en los textos que poco a poco iba realizando. De hecho, la única pega que tiene el haber sacado la plaza es que he dejado de estudiar los temas antes de haberlos acabado. Por otra parte, es unviaje que sirve para conocerte, para que puedas valorar aquello que dejas de lado o que dedicas menos tiempo como a la familia, los amigos o aficiones, como en mi caso el montañismo.
Opositar es crecer como persona
En todo caso, animo a los que estén dudando si dar el paso a que lo hagan. La oposición es una carrera de fondo en la que creces como filólogo y amante de la literatura además de como persona. Todas las horas que dedicas a estudiar, aunque parezcan un sufrimiento, en realidad son un regalo y una oportunidad para madurar y aprender. En ese proceso, sinceramente, no se me ocurre nadie que te pueda acompañar y enseñar mejor que Eduardo López Prieto.
Ana Castillo (Andalucía): «Como obtuve mi plaza en las oposiciones de Lengua: Un sueño cumplido”
Objetivo conseguido: la plaza
Me llamo Ana Castillo Casanova y hace unos días se confirmó que había alcanzado mi plaza en las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura; esa por la que he luchado durante casi dos años.
Cómo descubrí mi vocación docente
He de decir que sentí mi vocación docente a los veintitantos. Estudié Traducción e Interpretación de inglés y de árabe y cuando estaba en los últimos cursos de la carrera me di cuenta de que me encantaban los idiomas, pero no para pasarme horas delante de un ordenador traduciendo. A raíz de empezar a dar clases particulares de inglés y francés, fui consciente de la gran labor que hacen los docentes y de lo importantes que son en nuestra sociedad. Corría el año 2014 cuando me fui a Alicante a hacer un máster de ELE. Sabía que quería ser profesora, pero todavía no veía claro la posibilidad de realizar unas oposiciones. Empecé a dar clases de español antes de terminar el máster y esta experiencia como profesora me hizo estar a bordo del barco de la docencia para no bajarme nunca de él.
Sabía que Eduardo López Prieto iba a ser mi preparador de Lengua
Varias personas de mi familia me decían que debía estudiar para las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura, pero yo seguía sin verlo claro. Mi siguiente andadura como profesora de español fue en una universidad de Marruecos en el año 2018. Al año siguiente ya conocía www.opolengua.com, el blog de Eduardo y tengo que decir que me encantó. Sabía que Eduardo iba a ser mi preparador de Lengua. Era algo que tenía claro, pero solo podía ser mi preparador si yo decidía estudiar las oposiciones. Me hacía feliz enseñar, así que volví a Marruecos durante los cursos 2019/2020 y 2020/2021. Cuando llegó junio de 2021 sabía que ya no tenía excusa y que debía prepararme para las oposiciones de 2023 en Andalucía, ya que iba danzando de un lugar a otro sin tener estabilidad ni un trabajo fijo. Llamé a Eduardo desde Settat y desde el primer momento supe que su modo de ver el estudio y la preparación de las oposiciones se adaptaba a mí perfectamente.
Emociones desde el principio: el Quijote, mi abuela y mi playa de Nerja
Antes de empezar a estudiar en septiembre, quería disfrutar del verano y de la playa. Lo primero que me dijo Eduardo fue que tenía que leer El Quijote. Dicho y hecho. Antes ya había leído una versión reducida, por lo que esta vez tenía que leerlo de forma completa. Me llevaba El Quijote a mi playa favorita de mi pueblo, Nerja. Este libro tenía un significado especial para mí, puesto que era de mi abuela: sabía que ese era el mejor comienzo posible para luchar por la plaza. Solo dejaba de leer en la playa cuando me daba un baño para poder nadar unos minutos. Nadar y mirar hacia el fondo del mar me hizo fuerte y comprender que debía trabajar duro para conseguir mi ansiada plaza. Solo había una cosa en mi cabeza cuando comenzaba a nadar: LA PLAZA.
El método de estudio Opohispania y la confianza
Lo siguiente fue estudiar el tema 50 (El Quijote) y hacer el primer simulacro de examen. Desde el primer momento estaba encantada con el método de estudio ideado por Eduardo para aprenderse los temas. Es un método que te permite saberte al dedillo los temas y tener la confianza necesaria el día del examen.
La preparación del comentario de texto es también fundamental en las oposiciones de Lengua
La otra parte importante para Eduardo es la de los comentarios. Es fundamental hacer los comentarios propuestos con las pautas que él te indica y las correcciones que te hace de forma individualizada y exhaustiva. Gracias a estas correcciones y comentarios fui con mucha confianza para realizar bien esta parte de la oposición el día 18 de junio en Andalucía.
Cómo aprobar un examen de oposiciones a pesar de que no te caiga bola
Ese día no fui nerviosa al examen, puesto que iba con la confianza y el convencimiento de que había trabajado muy duro para realizar un buen tema y unos buenos comentarios. Para mi sorpresa, aunque había más del 90% de probabilidad de que una de las bolas que sortearan fuera una de las que había estudiado yo, no tuve suerte y no había estudiado ninguna de las que salieron. Me dije a mí misma que el esfuerzo de Eduardo y el mío en estos casi dos años debían servir, para al menos, sacar adelante uno de los temas para poder pasar a la siguiente fase. Mantuve la calma en todo momento y no me desanimé. Tenía que sacar partido al hecho de que no estaba nerviosa y sabía que estaba mentalmente preparada para afrontar una situación así.
La preparación anímica es fundamental
El apoyo de mi preparador de Lengua y los vídeos en los que él hablaba de la resiliencia y la confianza en uno mismo fueron otra de las claves para que yo pudiera aprobar esta primera fase. Se habla de lo mucho que hay que estudiar para unas oposiciones y de la suerte que uno puede tener con el sorteo de las bolas, pero no se habla tanto sobre la importancia de mantener la calma en el temido momento del sorteo. Por todo ello, puedo decir que el método de estudio de Eduardo y su forma de hacer frente al proceso de oposición te harán estar preparado para afrontar todo lo que conlleva el examen de la oposición.
Mi programación didáctica
Lo mismo puedo decir sobre la parte de la programación. Todos los vídeos explicativos sobre la programación y las correcciones de Eduardo hacen que vayas dando pequeños pasos para defender y exponer una programación y una UD o SdA muy bien preparadas.
Disfrutar preparando las oposiciones de Lengua
Lo más duro de todo este proceso ha sido estar aislada de todo y de todos. Es duro verte estudiando horas y horas durante seis días a la semana, pero yo solo pensaba en tener un trabajo estable como profesora alcanzando mi plaza en las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura. He de decir que también ha habido buenos momentos en estos meses de estudio. Ver que ya iba realizando los comentarios en el tiempo estipulado y que hasta disfrutaba con ellos es algo magnífico. Disfrutar leyendo obras que no había leído anteriormente y poemas preciosos durante el proceso de las oposiciones es algo impagable. Siempre tendré presente en mi vida la preparación con Opolengua, no solo por la ayuda proporcionada con las oposiciones, sino también para ser consciente y no olvidar que la docencia es un regalo y debemos dar las gracias cada día por dedicarnos a ella.
Un sueño cumplido
Quería mandar un mensaje de ánimo para todos aquellos que estén pensando en opositar y a los que ya estén estudiando para las próximas oposiciones. La frase “si yo he podido, tú también puedes” es totalmente cierta, pero para llegar a buen puerto hay que dedicar mucho tiempo a estudiar y a prepararse mentalmente y anímicamente. Sin duda, merece la pena el sacrificio y luchar por los sueños; sueños que son alcanzables si no pierdes de vista tu objetivo final. Ya sabes, caerse está permitido, pero levantarse es obligatorio. Alcanzada ya mi flamante plaza tras aprobar las oposiciones y con el convencimiento de que nunca hay que tirar la toalla, sigo nadando en la misma playa que fue testigo de mis sueños hace dos años. Eso sí, ¡con mis oposiciones de Lengua ya aprobadas!
Mónica Cid Moreno (Madrid): «Mi periplo en el tempestuoso mar de oposiciones.»
La primera vez que me presenté a las oposiciones fue en 2010
La primera vez que me presenté a las oposiciones fue en 2010. Aprobé con buena nota, pero al no tener ningún punto de experiencia, no saqué plaza. Había estudiado en una conocida academia, estaba “fresca”, sin responsabilidades y era más joven (aunque ya tenía casi 40 años cuando me decidí a ser profesora de secundaria), así que no me desanimé, pensaba que no tardaría mucho en sacarlas (ilusa de mí). Fue cuando empezaron los recortes, así que en 2012 no convocaron oposiciones de Lengua (aunque sea raro) y hasta 2013, año en que perdí a mi padre, no me llamaron para trabajar como interina. Desde entonces he trabajado con vacante todos los años; y los últimos cinco años en el mismo centro, porque pedía puestos voluntarios (de media jornada o dos tercios, y así me permitía seguir estudiando la oposición). Como interina sí he tenido buena suerte, lo reconozco y doy gracias a Dios.
Mi dura travesía en las oposiciones
Año tras año de oposición las cosas no me salían bien: convocaron en 2014, y no me había preparado bien. La enfermedad de mi padre fue larga y su fallecimiento aún me dolía; además, era mi primer año dando clase y tenía que preparármelas muy bien (di PCPI especial). En 2015 tuve la oposición a los veinte días de haber tenido a mi hijo (después de un parto horrible del que estuve convaleciente todo el verano). A las de 2016 reconozco que fui sin haber estudiado, pues por las mañanas estaba con mi hijo y por las tardes en el instituto (trabajé en un CEPA). Para las de 2018 sí que estudié, pero suspendí tanto el tema como el práctico. Las oposiciones de 2021 sí que me las preparé a conciencia, tuve un preparador para los prácticos y pensé que sería mi año: aprobé los comentarios pero…
En 2021 incluso me planteé abandonar
Cuando vi que me habían puesto un 1,5 en el tema (es decir, después de ocho años como profesora resulta que sabía menos que mis alumnos), yo ya no podía más. Era tal el desgaste y el asco que cogí a estas oposiciones que decidí dejarlas y quedarme como interina hasta que me jubilase. Sencillamente, había llegado a mi límite: era incapaz de volver a coger los temas, hacer las prácticas, volver a cambiar la programación y las unidades didácticas… Toda mi gente me decía que lo intentara una vez más, pero ya estaba decidida.
Buscando preparadores hasta dar con Opolengua
Aunque se ve que una parte de mí aún quería intentarlo, y estuve buscando preparadores por Internet hasta que me llamó la atención OPOLENGUA. Me gustó: ¡Un nuevo método de estudio, por fin! Y lo que era más importante para mí: unos temas nuevos, ya no quería volver a los míos, quería un nuevo aire. Eduardo fue quien me echó el salvavidas, incluso en aquellos momentos en que seguía con mi idea de dejarlo y no aceptar la ayuda.
Soy una resistente
No os quiero dar una idea equivocada: me encanta estudiar y me considero una persona inteligente, con gran capacidad de resiliencia, y muy trabajadora; tengo muchos estudios aunque poca suerte en las oposiciones de secundaria. Todo lo que me ha podido ir mal en ellas, así ha sido. Incluso ahora, con la plaza, estoy mal baremada, me han reconocido el punto que me faltaba (cuando reclamé el baremo provisional), pero no me lo han sumado, así que he tenido que poner recurso de alzada. Espero no tener problemas en el año de prácticas, aunque sé que mis padres me ayudarán, como lo han hecho siempre, tanto en vida como después de irse.
Me decidí por el Curso Total
Fue en el mes de julio de 2021 cuando contraté solo el Curso de Estudio y me dieron los temas (¡Qué ilusión me hizo ver los temas desde otras perspectivas!). Y en este curso 22-23 me decidí a hacer el Curso Total (que es el que recomiendo encarecidamente), porque ya no me veía con fuerzas para retocar yo sola la programación ni las unidades didácticas: año tras año modificándolas para no poder ni exponerlas… simplemente, no tenía ánimos; además, necesitaba mejorar los comentarios y alguien que me los corrigiera, obviamente.
Aprobé las dos oposiciones: estabilización y reposición
A medida que pasaba este curso me iba animando, porque ya iba llevando temas estudiados (fallé un poco en los repasos porque he tenido momentos horribles, como la muerte de mi madre en abril, o más complicados como el final de curso en el instituto), y conseguí llevar unos treinta temas más o menos bien (aun así en reposición no me salió ninguno de los que llevaba, pero sí uno que había “abandonado” hace dos meses, porque me tuve que descartar de alguno) y finalmente aprobé tema y prácticas en las dos oposiciones (reposición y estabilización), lo que para mí ha sido más difícil que ir a nado desde Lisboa hasta Cuba.
¡Me saqué la plaza!
Y por fin… mientras estaba con mi familia en la playa, en las muy ganadas vacaciones de este año publicaron las listas el 26 de julio de 2023… ¡ME SAQUÉ LA PLAZA! Hasta que no me llovieron por el móvil las felicitaciones de los que me habían visto en la lista de plazas, no me lo podía creer. ¡Y sigo sin creérmelo!
La llegada a puerto: la libertad y el tiempo
Y ahora, ¡por fin, por fin, por fin! podré dedicar más tiempo a mi familia, a la que agradezco el apoyo y los cambios de humor que me han tenido que aguantar a lo largo de este (para mi) horroroso proceso. Podré estudiar otras cosas, realizar cursos, innovar más en el aula… ahora sí que voy a tener ese tiempo que no he tenido todos estos años.
¡La plaza es mía!
Y por fin… mientras estaba con mi familia en la playa, en las muy ganadas vacaciones de este año publicaron las listas el 26 de julio de 2023… ¡ME SAQUÉ LA PLAZA! Hasta que no me llovieron por el móvil las felicitaciones de los que me habían visto en la lista de plazas, no me lo podía creer. ¡Y sigo sin creérmelo!
Gracias a Eduardo López Prieto y a Opolengua.
Y gracias, Eduardo, por haberme rescatado cuando más lo necesitaba, por tu paciencia y buen hacer. Gracias también por la calidez humana demostrada y por escucharme cuando ya no podía más y quería abandonar. Y ahora quiero daros un consejo, por si mi experiencia os sirve: haced caso a todo lo que diga Eduardo, sabe cómo guiarte: respeta los descansos, los repasos, mira todos los vídeos y sácate apuntes de ellos, haz todas las prácticas. Este trabajo (mucho) se verá recompensado. Puedes sacar la plaza en menos años que yo (creo que en mi caso he tenido más escollos de lo normal). Y si alguna vez te ves desfallecer, habla con él, intenta no tirar la toalla. Opolengua te llevará a buen puerto. Seguro. Pon ilusión en lo que conseguirás: lo vas a lograr. A mí me parecía ya imposible lograrlo, pero mira…
La travesía de Ana Morales: ¡Obtener plaza a la primera sin ser filóloga es posible!
Ana Morales me mandó un primer correo interesándose por mis cursos en febrero de 2022. Era un correo escueto del que surgió una primera conversación telefónica. Estaba totalmente decidida a sacar la plaza. Le dije que para preparar las oposiciones de reposición, podía hacer dos cursos, el Curso Total y el Curso Oro. El más recomendable para ella, era por supuesto, el Curso Oro, pues yo lo diseñé precisamente pensando en periodistas porque es una carrera de Filología en miniatura. Es cierto que otras personas lo han hecho en un solo año y han conseguido la plaza (al fin y al cabo es nuestro mejor curso), pero exige tiempo. Ella me dijo que iba a disponer de ese tiempo, por lo que se acabó animando a hacerlo.
Durante el curso 2022-2023 he conocido una persona admirable. Rigurosa (no se deja una duda sin plantear y solucionar), trabajadora incansable, responsable, gran lectora y también con grandes dotes para la escritura y para disfrutar y analizar la creación literaria. Son importantes cualidades para una profesora de Lengua Castellana y Literatura. Estamos contentos porque creemos en la importancia de la enseñanza pública y su calidad es al final la calidad de las personas que integramos el sistema. Así que, ¡enhorabuena para Ana y sus alumnos!
Mi nombre es Ana Morales y he sido una de las personas que ha obtenido plaza en las oposiciones docentes de la Comunidad de Madrid de 2023 por Lengua Castellana y Literatura.
Un decisivo cambio de rumbo en mi vida: de periodista a profesora
Yo era periodista. Trabajaba para un importante medio de comunicación desde hacía unos años. Tras la pandemia, me embriagó una sensación de desubicación total, llegando a experimentar una crisis existencial y emocional muy fuerte. Necesitaba un cambio y por la cabeza me rondaba la idea de la docencia, pues al fin y al cabo me hice periodista porque me apasionaba la escritura y poder informar/enseñar. Tras cursar el Máster en Formación del Profesorado, me quedé sin trabajo en junio de 2022, oportunidad que, no obstante, aproveché para decidir opositar.
Preparar las oposiciones de Lengua en tiempo record: un año
Fue una decisión muy difícil para mí porque nunca había dado clase, nunca me había preparado una oposición en serio y, a ello se sumaba que no tenía titulación concordante con la especialidad de Lengua Castellana y Literatura. Por tanto, el reto era mayor. Asumí entonces que o buscaba trabajo de algo que ya no me motivaba o debía prepararme a conciencia en el tiempo récord de un año si quería trabajar como docente. Tenía que presentarme para sacar plaza o, como mínimo, aprobar sí o sí. Este pensamiento me acompañó todo el año y me dio la suficiente fuerza para continuar. Era algo muy difícil, pero no imposible.
Conversación con Eduardo y decisión: ¡A por la plaza!
Como no tenía referencias de preparadores y no quería ir a una academia al uso, busqué por Internet y me topé con la web de Eduardo. Me pareció un hombre serio, un preparador de Lengua que sabía de lo que hablaba, así que le llamé. En nuestra primera conversación telefónica, Eduardo me advirtió del sinuoso camino que tendría que recorrer si quería la plaza en solo un año de preparación (me comentó que, no siendo filóloga, lo ideal sería hacerlo en dos años), pero también me animó a hacerlo si me veía con ganas (en mi caso, las tenía, y además disponía de tiempo). En este sentido, nunca me señaló la imposibilidad de ello, pues me comentó que había tenido casos de alumnos con plaza a la primera. Así que me tiré a la piscina.
Comienzo de la preparación
Empecé a finales de junio de 2022 y llegué a septiembre con siete temas estudiados. Me veía bien porque iba a buen ritmo. Así pues, como siempre he sido ambiciosa, me marqué el objetivo de llegar a los 40 temas (aunque me quedé en 35). Sin embargo, fue en septiembre cuando empezó la verdadera preparación y me di cuenta de que no tenía mucha idea de nada. Me costó entender la metodología de Eduardo y su forma de planificar las sesiones, solamente había tocado una programación en mi vida (fue en el Máster, pero de una asignatura de FP), los últimos comentarios que había realizado fueron en Bachillerato y no tenía tanta cultura literaria como pensaba, aunque siempre fui una lectora empedernida. Pero me lo tomé como un reto.
Mi plan de trabajo y la metodología de Eduardo
Lo primero que hice fue improvisar un pequeño estudio en la habitación libre que tenía en casa. Me compré hasta un portátil porque no tenía y pedí todos los libros que pude a mi padre, también profesor de Lengua.
Mi gran ventaja fue disponer de todo el tiempo del mundo. Mi hándicap era, como he comentado antes, que no era filóloga. Así que no me quedaba otra que confiar ciegamente en Eduardo. Y digo ciegamente porque al principio no terminaba de entender su método. Sin embargo, al final asumí que tenía que hacerle caso para poder prosperar.
Mi rutina de estudio
Mi rutina fue similar a la de una jornada laboral: dedicaba entre 35 y 40 horas cada semana a la oposición, de lunes a sábado. De lunes a jueves por la mañana estudiaba un tema, y por las tardes avanzaba en la programación o bien en los comentarios. Los viernes y sábados los dedicaba a repasar. Los domingos descansaba. Y leía todo lo que podía. En definitiva, intentaba seguir el curso tal y como establecía Eduardo.
Lo más duro de la oposición
Estudiar una oposición es muy duro, sobre todo emocionalmente. Siempre tienes que sacar fuerzas y ganas para continuar, aunque no te apetezca, aunque estés enfermo, aunque tengas otras cosas que hacer. Recuerdo que por Navidades se me hinchó un dedo de la mano derecha (con la que escribía los temas a mano cada vez que los terminaba de estudiar para comprobar que lo que me sabía me daba tiempo a escribirlo en dos horas). Tuve que rehacer mi plan de preparación, así que durante un mes dejé de estudiar y me dediqué a avanzar en la programación y a leer. Al final, es duro porque al ser tú mismo quien te marca los límites, la sensación de poder haber hecho más te invade constantemente, convirtiéndose en un sentimiento muy incómodo de culpabilidad. Lidiar con estas sensaciones es la lucha interna de estudiar una oposición.
Lo mejor de preparar la oposición
Pero no todo es negativo. También he tenido buenos momentos. Y es que, al fin y al cabo… ¡he disfrutado tanto durante este año! Hasta mis amigas se sorprendían cuando les decía que, pese a lo duro de estar encerrada en casa, estudiando, estaba muy feliz. Y es que nunca en mi vida he aprendido tanto como en este último año. He descubierto lo maravillosa que es la poesía, me he enamorado del ingenio de Quevedo y de Valle-Inclán, he descubierto Tiempo de silencio y he adquirido nociones básicas de latín y filología, entre otras muchas cosas. Quizá esta sea la lección de vida más importante que me llevo de haber opositado un año entero: la cantidad de cosas aprendidas.
Un método de estudio y repasos inmejorable
También me quedo con la capacidad tan asombrosa que tiene nuestro cerebro de retener tanto volumen de información, sobre todo después de años sin memorizar nada en serio. Esto, en parte, se lo agradezco al método de estudio y de repasos de Eduardo, para mí inmejorables.
El día del examen
Para finalizar, me gustaría comentar cómo me fue el Día D, puesto que no salí muy entusiasmada. De las cuatro bolas que cayeron, solo me sabía un tema (el 65) y no era precisamente el que mejor llevaba. Estaba hecha un manojo de nervios porque fue el último en salir. Pero tuve muy buena nota. En cuanto a los comentarios, no reconocí ninguno de los textos, pero me limité a comentarlos como me enseño Eduardo. Aun así, aprobé también esta parte. Y la programación y defensa de la unidad, aunque se me echó el tiempo encima y no pude mandarle nada a Eduardo para que me corrigiese, seguí sus pasos en todo y me quedé con una muy buena media.
¡Tenía plaza a la primera!
Con esas notas, había cumplido mi objetivo principal, que era el de aprobar. Pero resultó que, pese a mis escasos puntos de baremo, ¡tenía plaza! No me lo podía creer. De hecho, aún sigo un poco en shock. Así pues, me gustaría animar a quien quiera dedicarse a la docencia, a prepararse la oposición con Eduardo. Sacarse la plaza a la primera, y no siendo filóloga, es posible.
Jorge Mendoza Puertas (Andalucía): Una plaza a la primera.
Un salto al vacío, una carrera de obstáculos y una plaza a la primera.Por qué decidí opositar?
Si me pongo a pensar, no sé qué fue exactamente lo que me llevó a tomar la decisión de saltar al vacío (cumplidos mis cuarenta y dos años), y opositar. Pudo ser la famosa crisis de los cuarenta, el punto de inflexión que supuso la pandemia para los que vivíamos en el extranjero o el cansancio de llevar casi diez años trabajando en Asia Oriental. De cualquier modo, en septiembre de 2021, durante una cuarentena de quince días en un hotel de Taichung, decidí dejarlo todo atrás y regresar a España para presentarme a oposiciones.
Buscar un preparador de Lengua en línea
En mi situación, debía buscar un preparador en línea (todavía tenía un año de trabajo en la isla antes de poder renunciar a mi plaza fija en la universidad) y, entre búsqueda y búsqueda en internet, encontré excelentes referencias sobre Eduardo López Prieto y Opolengua, sobre su método y preparación.
Me decidí por el Curso Opolengua Oro
Decidí informarme mejor, así que les escribí un correo y unos días más tarde estaba llamando a Eduardo. Sus palabras fueron realistas (algo para mí muy importante), pero siempre alentadoras. Tras esta conversación, la decisión estaba tomada: quería empezar lo antes posible el Curso Opolengua Oro.
Comienzo a estudiar las oposiciones de Lengua en Taiwán
Pocos días después, ya estaba desengrasando la maquinaría de mi memoria que llevaba sin emplearse a pleno rendimiento desde que acabé la carrera. El primer año fue duro: llevar adelante mis clases, mi investigación, proyectos y compromisos con los ministerios de Educación y Ciencia y Tecnología de Taiwán, la vida diaria y las oposiciones.
Mis dificultades con la velocidad de escritura
Recuerdo que, en el primer simulacro de examen teórico, me dio un ataque de ansiedad al descubrir que había perdido motricidad manual y que no podía escribir tan rápido como lo hacía años atrás. Mi mano se había vuelto lenta, pesada, mi escritura fluía densa… no alcanzaba el número de palabras deseado por minuto. Fue difícil volver a adquirir ligereza, pero con el tiempo y los consejos de Eduardo resolvería este problema.
Decidí centrarme en el temario por la incertidumbre legal
Pocos meses más tarde, mi carga de trabajo diaria, unida al aumento progresivo en el número de temas, me llevó a tomar la decisión de centrarme en el temario y dejar los comentarios y la programación (estábamos en pleno cambio de ley) para el curso siguiente.
Estudiar las oposiciones de Lengua por tierra, mar…y aire.
Durante los últimos meses del curso, se avecinaba otra prueba importante: organizar la mudanza internacional, que más allá de los pertinentes envíos, implicaba visitas a notarios, viajes a la embajada, ministerios… para hacer oficiales en España mis documentos taiwaneses. Esto me restaría aún más tiempo. Sin embargo, intentaba estudiar y repasar en cada hueco que tenía. Recuerdo que incluso la noche antes de tomar los vuelos de regreso estuve estudiando.
La difícil llegada a España
La llegada a España, que prometía ser relajada, se convirtió en poco tiempo en una pesadilla. Un inesperado y complejo problema familiar estallaría, haciendo de ese año, que yo pensaba dedicar por entero al estudio, una verdadera carrera de obstáculos totalmente agotadora. Tenía que seguir con el temario, las lecturas, preparar los comentarios, la programación y las situaciones de aprendizaje… Todo eso, debido al panorama que se abría ante mí, me resultaba abrumador. Por las noches, intentaba sacar el tiempo que me faltaba durante el día, así que fueron muchas madrugadas de intenso trabajo.
Mi capacidad de resistir me llevó al triunfo
Solía mandarle a Eduardo mis comentarios a primera hora de la mañana cuando estaba acabando mi jornada. Muchas veces pensé en tirar la toalla, otras veces tenía unas ganas infinitas de llorar y otras, me invadía un humor de perros y un desánimo que me turbaba completamente. Pero no dejé de estudiar ni un solo día. Mirar hacia atrás y ver aquello a lo que había renunciado me daba más vértigo que mirar hacia delante y perseverar. Decidí enfocarme en el futuro y mantener el rumbo de mi brújula.
La rápida resolución de dudas en las oposiciones en fundamental
Poco a poco fui aumentando mis temas, interiorizando la técnica de los comentarios (algo que para mí resultó fundamental) y avanzando en la programación y situaciones de aprendizaje. Cuando tenía dudas, recurría a Eduardo. Eduardo respondía en pocas horas a mis correos y, si estaba demasiado confuso (sobre todo debido a la nueva ley y cuestiones relacionadas con las situaciones de aprendizaje), lo llamaba por teléfono.
El temido día D: el examen de las oposiciones de Lengua
Así fueron pasando las semanas y, en un abrir y cerrar de ojos, llegamos al día D. El temido día, con sus aglomeraciones de opositores entrando al edificio, la búsqueda de los tribunales, la entrada en las aulas, los nervios, la espera, el sorteo, las cuatro bolas… ¡De cuatro, me sabía tres! Los comentarios que escogí fueron muy largos y uno bastante complejo, pero saqué en ellos más nota de la que me esperaba.
¡Obtuve la plaza a la primera!
De más de ochenta, treinta personas pasamos a la segunda parte de la oposición, veintiuna la aprobamos por completo y yo ¡conseguí plaza a la primera! Cuando recibí un mensaje de Eduardo felicitándome, no podía creerlo. Todavía no sabía que tenía plaza y corrí al ordenador a comprobarlo. Allí estaba mi nombre. Tanto esfuerzo, tanto sacrificio, tantos obstáculos y sinsabores habían merecido la pena.
Persistir, mantener el ánimo y confiar en el preparador
Por eso, desde este testimonio, animo a todos los opositores de Opolengua a que no desfallezcan, a que mantengan el ánimo, a que sigan los consejos de Eduardo y a que sostengan su mirada fija en sus objetivos y la esperanza viva, porque la constancia constituye una parte muy importante de este proceso, y es la parte que depende directamente de nosotros. Esa constancia y un ánimo firme serán los que os lleven al triunfo. ¡Un abrazo y mucho ánimo a todos!
La alucinante travesía de Cristina Blázquez (Baleares) hasta la plaza de Lengua
Hemos oído historias personales sobre cómo alcanzar la plaza en las oposiciones de Lengua verdaderamente inusuales. La mía lo fue. Pero esta que hoy traemos es digna de ocupar un puesto de honor entre las más alucinantes de todas.
Cristina es una persona valiente y decidida, una verdadera aventurera. La conocí en mi instituto y el suyo, el IES Francisco Javier de Uriarte de El Puerto de Santa María (Cádiz) cuando vino a realizar las prácticas. Ella había sido antigua alumna del centro y al pillarle muy cerca de su casa, lógicamente, lo pidió para realizar las prácticas. Yo ese año, como tantos otros, fui tutor del Prácticum y coincidimos.
Asistió a mis clases en el instituto, realizó sus prácticas, la ayudé en lo que pude. Desde el primer momento congeniamos y seguramente de ahí todo este proceso le surgió la idea de que la ayudase en la preparación de las oposiciones. Entonces ella se marchó a Hawai y luego a Baleares, donde le sucedió esta historia alucinante que demuestra que la persistencia no ha de emplearse tan solo en el estudio diario, sino en la capacidad de adaptación a las circunstancias y en la búsqueda constante del éxito final.
En fin, nos alegramos por Cristina y su preciosa familia (que pronto crecerá con un nuevo miembro) y por todos los alumnos de las Islas Baleares que disfrutarán de sus clases porque tendrán ante sí un modelo de sabiduría, profesionalidad, empatía y, desde luego, persistencia.
Buenos días
Soy Cristina Blázquez y además de hacer las prácticas contigo en el Uriarte, me apunté al curso Opolengua a principios de 2020.
Una historia alucinante
Te escribo porque me apetece compartir contigo mi historia en las oposiciones de 2023. No será un correo corto. Todavía estoy alucinando.
Como sabes, empecé a prepararme con tu curso, pero por diversas circunstancias personales, unidas a la pandemia, lo dejé muy pronto. Pasó el tiempo y fui madre en noviembre de 2020. Además, en 2021 empecé a trabajar como interina (pues en Baleares se permite sin necesidad de oposición).
A inicios del curso 22-23 vuelvo al estudio de las oposiciones de Lengua
Y así siguió pasando el tiempo hasta que al inicio del curso pasado 22/23 decidí coger tu temario, al que yo sabía que algún día volvería, y empezar a mirarlo.
No era el mejor momento para opositar
No se trataba de un momento idóneo, pues trabajaba a media jornada, tenía un hijo de menos de dos años, estaba inscrita en todas las áreas de los cursos de la competencia digital, cada mes hacía otros cursos para subir en la lista de interinos, etc.
El «plan» fue el siguiente: las mañanas de los martes y los jueves (que no trabajaba) los dedicaba a estudiar y una tarde a la semana me iba de casa para preparar la «Planificación anual de situaciones de aprendizaje». Como ves, la preparación del comentario no entraba en este plan.
El apoyo familiar siempre es decisivo
La situación en mi casa tampoco era perfecta. Vivo en un piso pequeño en el que solo hay una mesa. Es la mesa del salón, que usamos para todo: para comer, para jugar con el niño… Eso quiere decir que si mi marido o hijo estaban en casa, yo no tenía un espacio para estudiar. Esto supuso que, desde enero, todos los fines de semana mi familia se iba a casa de los abuelos y yo me quedaba sola para repasar lo que me había estudiado el martes y el jueves.
En ocho meses dominé quince temas de Lengua
A lo largo de los 8 meses que estudié (martes, jueves y fines de semana), dominé 15 temas. Para saber hacer algo del comentario, incluí en el estudio los temas los que van del 24 al 30, así como el 33 y el 38.
El día D: cómo improvisé un tema 6: El proceso de comunicación. La situación comunicativa.
Y llegó el día de las oposiciones. Mi idea era levantarme e irme en el momento en que no me saliera bola. Y no me salió… Pero salió el tema 6 y gracias al estudio de tu temario, me vi con fuerzas para «crear» un tema 6. Utilicé mis conocimientos del tema 3, 4, 10… y fui montando un tema que tuviera que ver con la comunicación. Sorprendentemente me pusieron casi un 6.
El comentario de las oposiciones no me salió nada bien
Esa misma tarde fue el examen del comentario (poco se habla de la locura que es hacer los dos exámenes el mismo día). No me salió nada bien (como era de esperar) y me pusieron un 3’5 y junto con la primera parte, la nota me quedó en un 4,6 por lo que no pude realizar la encerrona y ahí pareció acabar todo.
Puse una reclamación ante el tribunal para saber por qué tenía una nota tan baja
A pesar de no haberle dedicado apenas tiempo al comentario, me parecía muy poca nota. Así que me decidí a poner una reclamación con el único objetivo de conocer las razones de una nota tan baja.
Contestación de la reclamación: una tilde me quita el aprobado
El tribunal contesta a la reclamación y acto seguido publica las notas definitivas de todos los aspirantes. Por tanto, a partir de ese momento no hay nada más que se pueda hacer. En esta contestación me dicen que me han quitado 2 puntos por dos faltas ortográficas (dos tildes que no había puesto). Efectivamente, una tilde es cierta, se me había escapado. Pero cuál fue mi sorpresa cuando veo que la segunda tilde que me recriminan es en la expresión «Ni que decir tiene que la subjetividad del autor…» (Oración de tu tema 26). El tribunal «consideró» que ese «que» debía ir con tilde.
Recurso de alzada
Ese punto que me robaron injustamente me habría dado acceso a realizar la encerrona (que por cierto, ya habían pasado en el momento de las reclamaciones), así que me entero de que lo único que puedo hacer es interponer un recurso de alzada en Conselleria y esperar tres meses a que alguien me conteste, si es que no hacen uso del silencio administrativo. Las notas definitivas salen, sale también la lista de opositores con plaza y doy todo por perdido.
Comienzo del curso 23/24
Comienzo el curso 23/24, trabajando de nuevo, embarazada otra vez, con un hijo de tres años y volviendo a estudiar el temario por donde lo dejé.
La gran sorpresa
A finales de noviembre me llega una notificación: Conselleria me da la razón, mi tribunal se ha reunido, reconoce su error, se me devuelve el punto y se me cita después del puente de diciembre para realizar la encerrona.
¡A la encerrona!
Imagínate mi sorpresa. Dedico los días de fiesta a preparar muchísimo material y la exposición. Casi ni me acordaba de lo que había programado, lo tenía totalmente abandonado. Realizo la segunda prueba de la oposición y apruebo. Como curiosidad, puedo decir que he sido la primera persona en presentar en nuestra especialidad situaciones de aprendizaje en lugar de unidades didácticas en Baleares.
¡Plaza de Lengua conseguida!
La semana pasada se modificó en el boletín la lista única de aspirantes seleccionados en la que ya aparezco. No me lo puedo creer. En junio únicamente sobró una plaza, la de personas discapacitadas, que al no cubrirse se suma a las plazas del Acceso 1 y por tanto me la han podido dar.
Septiembre de 2024: plaza de Lengua como funcionaria
En septiembre empezaré como funcionaria en prácticas con los opositores que lo consigan este junio. La historia de cómo me ha llegado la plaza no es una gran historia de lucha, años y superación. No es una historia de perseverancia y notazas. Aunque por suerte o por desgracia, en la oposición no es necesario ser el mejor, basta con ser mejor que el que tienes al lado y al final, con mis notas, he resultado ser la número 7 de mi tribunal y eso ha sido más que suficiente.
Agradecimiento por el temario
El motivo por el cual te escribo es porque no sabes en cuánta estima tengo tu temario. Lo guardaré siempre como oro en paño. La forma en la que están escritos los temas, relacionados entre sí… es lo que me ha permitido estudiármelos sin apenas tener tiempo. Es lo que me ha permitido crear un tema nuevo interrelacionando varios. Es lo que me ha permitido hacer un comentario mínimamente digno sin haberle dedicado el tiempo que se merecía. Sé que si no hubiese sido por tu material, no lo habría logrado en esta convocatoria.
Sé que nuestro camino juntos ha sido realmente corto, pero yo me he acordado mucho de ti durante este proceso y tenía ganas de compartir esta historia contigo. Te mando un gran abrazo y de nuevo, muchas gracias.
Carmen Rocío Sánchez Díaz (Andalucía, 2023): el triunfo de la persistencia
Como preparador de Lengua, en numerosas ocasiones he insistido en la importancia de la persistencia para obtener la plaza en las oposiciones de Lengua. Hoy traemos a la página el testimonio de Carmen Rocío Sánchez Díaz, que demuestra este planteamiento básico: quien persiste, acaba obteniendo su premio.
Tomé contacto con Carmen Rocío en septiembre de 2019; es decir, antes de la pandemia, aquel año maldito en que por culpa del virus murieron centenares de miles de personas en el mundo. A los opositores también nos tocó nuestra parte en términos humanos y en la preparación, pues se suspendieron las oposiciones. Ante tal situación, en Opolengua decidimos prorrogar gratuitamente todos los cursos un año más, hasta julio de 2021.
Rocío se preparó durante este tiempo con rigor e intensidad a la vez que trabajaba como interina y cuidaba de su preciosa familia. Entregaba sus prácticas de examen y de comentario y planteaba muchos correos de dudas. Todo esto son cosas muy buenas, pues indicaban su grado de compromiso y su fuerza interior. En diferentes ocasiones también hablamos para aclarar aspectos que necesitaban de la conversación telefónica. Ambos veíamos que la plaza era posible, pero al llegar las oposiciones de 2021, Rocío se quedó a las puertas, pues en el orden final del tribunal, una persona se puso finalmente por delante. Esto fue un revés importante para Rocío y yo le vaticiné que en la próxima convocatoria obtendría la plaza, tal y como me había pasado a mí en las convocatorias de 1996 y 1998.
Y, efectivamente, gracias a su esfuerzo y persistencia, así fue. Hoy es ella misma quien de forma sucinta nos traslada su testimonio. ¡Enhorabuena para ella y para la enseñanza pública andaluza, que gana una gran profesora, seria y rigurosa!
Mis inicios en la oposición de Lengua
Empecé a estudiar las oposiciones de Lengua en el verano del año 2005 con una clara vocación por la docencia, que siempre ha sido mi pasión.
Nunca dejé de prepararme, repasar y completar
Desde ese inicio a la segunda convocatoria, conseguí entrar en la bolsa, pero con la crisis, no conseguí ejercer hasta hace 6 años. Pero nunca dejé de prepararme, repasar y completar. A veces, con más intensidad que otras. Tampoco he dejado de presentarme. He sufrido muchas vicisitudes y he pasado mucho, en especial por los continuos cambios de sistema.
La clave de la persistencia está en el pensamiento positivo
Lo más duro durante todos estos años ha sido controlar mi mente, ponerla siempre en positivo para poder realizar mi tarea.
El apoyo de Eduardo L. Prieto como preparador de Lengua
Conocerte en este sentido me ha ayudado mucho porque necesitaba moral, asesoramiento, corrección rigurosa y sincera. La lección que he sacado ha sido la de que siempre hay que perseverar y que es importante hacerlo con determinación, porque te ahorra muchos disgustos.
El asesoramiento, el trato personal y el tiempo que me has dedicado es lo que más valoro de Opolengua
Todo lo que tú me has facilitado ha sido lo comentado antes. Además, de tu cálido trato personal, pero riguroso. Tu asesoramiento, el reconocimiento de mis debilidades y fortalezas, así como el amplio tiempo que me has dedicado es lo que más valoro.
Ánimo y a por la plaza
Animo a todo aquel que quiera prepararse y aprender con rigor, valentía y entusiasmo a hacerlo con Eduardo para que sea provechoso y efectivo. Todo lo importante y bueno se hace de rogar.
Gracias sinceras. Perdona la demora y la carencia de foto que me da mucha vergüenza…
Te sigo,
Un saludo enorme!!!
Miguel Ángel Jiménez Romero (Andalucía, 2023) Amar la trama más que el desenlace
La influencia de la suerte en las oposiciones
Nunca he soportado que me dijeran: “La plaza te la llevarás cuando esté pa ti”. Cuando he aprobado sin plaza (cuatro veces), cuando he suspendido o cuando me he salido sin hacer el examen, nunca me ha servido esta frase como consuelo o como motivo para cambiar la mentalidad opositora. ¿Qué tendrá que ver el destino? Sí he tenido claro, y eso creo que es una realidad palpable, que en las oposiciones docentes influye mucho la suerte. Lógicamente, cuando más se estudia menos espacio se deja a la suerte pero, aunque se tenga una magnífica preparación, hay que tenerla.
Catorce plazas para catorce aprobados en mi tribunal
Sin embargo, al final, he obtenido la plaza el año que menos nota he sacado. Porque hubo muy pocos aprobados y prácticamente, los que aprobamos los dos exámenes acabamos con la plaza. El primer examen los aprobamos diecisiete personas. Y tras el segundo, se dieron catorce plazas para catorce aprobados (ni siquiera hizo falta contar los méritos). Así que, al final, va a ser cierto eso de que este era el momento en el que la plaza estaba para mí.
Una larga travesía hasta obtener la plaza de Lengua
Mi periplo opositor ha sido muy variado. Aprobé sin plaza el año en el que dejaron de llamar a nadie en Semana Santa del segundo curso, por lo que me caducó el aprobado. El año que dejé de trabajar para dedicarme plenamente a las oposiciones (2012), se anularon a pocos meses de celebrarse. Cuando tuve claro que no volvería a presentarme y mi camino laboral iría para otro lado, me convencieron para presentarme. Empecé a estudiar en febrero, aprobé sin plaza y empecé a trabajar como interino. Hasta que, por fin, tras siete años de interino (con otros dos aprobados por medio) conseguí la plaza.
La aportación de Opolengua y de Eduardo: disfrutar de mi travesía hasta la plaza
Con Opolengua y Eduardo he aprendido a sistematizar los repasos y a tener más motivación gracias a sus interesantes artículos de la web, los correos electrónicos, los mensajes telefónicos y las planificaciones de estudio. Pero lo que más me ha ayudado ha sido mentalizarme en algo que Eduardo proponía y que, realmente, nunca había conseguido hacer: disfrutar por aprender durante la preparación de oposiciones. He aprendido, como escribió Jorge Drexler, a “amar la trama más que el desenlace”.
¿Qué hice cuando no me salió ningún tema el día D?
Gracias a lo aprendido este último año en Opolengua más todo el bagaje de estudio que ya llevaba y el plus del conocimiento adquirido con la experiencia laboral, conseguí no desanimarme cuando el día del examen no salió ninguno de los temas que me había estudiado este año. El tema sí me lo había estudiado años atrás y había explicado parte de su contenido en clase. Así que respiré profundamente, pensé si irme y quedarme y, tras decidir quedarme, organicé el tema en mi mente aportando más contenido práctico (de lo que he hecho en clase).
A posteriori, creo que eso ha sido un plus. Lógicamente, tener que dedicar tanto tiempo al tema (recordar, organizar y escribir) hizo que no tuviese demasiado tiempo para la práctica, pero pude solventar la papeleta y el resultado final ya es conocido: la plaza.
Amar la trama más que el desenlace
Así que el aprendizaje ha sido que, aunque no lo parezca, sí tiene parte de verdad eso de que “la plaza será tuya cuando esté pa ti” y que es fundamental amar la trama más que el desenlace y que, salga como salga el proceso selectivo, hay que gritar a los cuatro vientos (o, al menos, mentalmente para no molestar a los vecinos: “Que nos quiten lo aprendido”