Hay una máxima que yo repito de forma incansable desde que empecé a preparar las oposiciones de Lengua: quienes persisten obtienen la plaza. Lo fundamental no es qué carrera has estudiado, ni cuál es tu edad, ni a qué te dedicas o si tienes hijos. Lo fundamental es persistir. Y lo repito porque es la verdad, porque es el camino correcto, la travesía segura que yo he visto recorrer a muchísimas personas: a mí mismo, a los compañeros que han compartido su historia conmigo en los institutos y a centenares de opositores a los que he ayudado a conseguirlo desde 1999. Aquí vamos a explicar por qué esto es así con la intención de que estas palabras sean un rayo de esperanza y un bálsamo de tranquilidad a quienes preparan las oposiciones de Lengua. ¿Por qué quienes persisten se sacan la plaza en las oposiciones de Lengua?
Más del 80% de las personas que se apuntan a las oposiciones no van bien preparadas
Pues porque más del 80 % de las personas que se presenta el día D no va bien preparada y, por tanto, no opta en realidad a la plaza. Ha echado la instancia, a lo mejor se ha preparado unos meses como Dios le ha dado a entender, pero lo que es ir preparado a conciencia y a por la plaza no va. Toma los datos de Andalucía de este año. De las 2908 aspirantes ya han sido excluidos 443 por no presentar la unidad didáctica. ¿Cuántos no irán al acto de presentación? ¿Cuántos se levantarán nada más sacar las bolas? ¿Cuántos no tienen la unidad bien preparada con todos sus materiales?
Lo primero que has de saber es que muchísimas de las personas que se presentan no preparan las oposiciones de Lengua
Esta idea es clave. Y yo la he visto demostrada con creces a lo largo de mi vida, como opositor y como preparador de Lengua. Entre 1994 y 1998, las oposiciones en Madrid dividían a los opositores en tres bloques. En el bloque A estaban quienes aprobaban todos los ejercicios (el tema escrito, el comentario y la encerrona del tema, pues entonces no había programación). En el bloque B estaban quienes aprobaban tema y comentario. En el bloque C estaban quienes no aprobaban ninguno. Todos los años se presentaban unas tres mil personas. Y todos los años aprobábamos los tres ejercicios y estábamos en el bloque A las mismas cincuenta personas, con nombres y apellidos. De tres mil personas, solo aprobábamos cincuenta y éramos casi todos los mismos, ya que apenas convocaban 6 u 8 plazas. Los demás nos veíamos las caras dos años después.
Muchas personas se presentan a las oposiciones de Lengua por inercia
Hay muchísimas personas, la gran mayoría, que se presentan a las oposiciones de Lengua por inercia. Llegan a las oposiciones porque les parece la salida profesional más lógica, porque han estudiado Filología, porque les animan a ello sus familiares o porque creen que es una travesía tan sencilla como ha sido su recorrido en la enseñanza secundaria o en la universidad.
Y esto no tiene nada que ver con la universidad. Y en esa inercia, tal y como me pasó a mí en 1992, no estudian lo suficiente. Cuando sale la convocatoria miran unos cuantos temas y tientan a la suerte. La inmensa mayoría de las veces, como es lógico, la suerte les da la espalda. Suspenden, pero no extraen la lección correcta (y es que hay que prepararse mejor) y reinciden en el error unas cuantas veces más hasta que se cansan y naufragan.
Muchísimas personas no se saben preparar las oposiciones de Lengua
Yo tenía un amigo que decía que un auto-didacta era un ignorante que se estaba enseñando a sí mismo. Y esto es verdad. Muchas personas se esfuerzan, pero su abnegación no es suficiente porque su preparación no es la correcta. Prepararse realmente quiere decir contar con alguien, un preparador de Lengua, que esté a nuestro lado y pueda guiarnos en cada una de las facetas que compone la oposición de Lengua y nos ayude a saber si lo que estamos haciendo es correcto o no. He tratado con muchas personas que me cuentan que se habían preparado varias veces y siempre habían suspendido hasta que dieron con nuestros cursos. Es muy común que las personas que no tienen esa suerte insistan varias veces, cada vez con menos fe, y al final abandonen la travesía.
Muchas personas se desaniman y abandonan las oposiciones de Lengua
Hay otras personas que sí se están preparando bien, a conciencia. Pero las oposiciones son una parte de la vida y la vida, en ocasiones, nos arrastra por caminos tortuosos que interfieren en la preparación. Pueden ser económicas, laborales, afectivas, familiares… Y en esos momentos, la oposición pasa a un segundo o incluso tercer lugar. Esto hace que pierdan una convocatoria o incluso más tiempo. Se presentan, pero son perfectamente conscientes de que su preparación no es buena. Si esto se perpetúa en el tiempo, acaban desanimándose y desistiendo.
Muchas personas no asumen que el éxito suele estar jalonado de fracasos
No existe la travesía tranquila. Es imposible que la preparación de las oposiciones de Lengua no nos ocasiones tensiones vitales. Nuestro rumbo se va a ver afectado por pequeños y grandes fracasos. Nos va a costar trabajo aprendernos los temas. Nos va a costar trabajo aprender a comentar bien. Nos va a costar trabajo hacer una programación atractiva y eficaz. Y este trabajo consiste en cometer errores. Y el error siempre produce desánimo y nos genera incertidumbre y hasta ansiedad. ¿Seré capaz? Y aquí está la gran diferencia de quien sale adelante, porque esa es la persona que dice “¡Sí, saldré adelante!” y se levanta y vuelve a intentarlo con energías renovadas.
Ni que decir tiene que estas personas, las que persisten porque saben gestionar los obstáculos y los fracasos son las que alcanzan el puerto final. Ni que decir tiene que por eso en nuestros cursos prestamos a la cuestión moral una gran atención.
Las oposiciones de Lengua son como un puerto con puente levadizo en su entrada
Y todas estas personas de las que hemos hablado son barcos que aparentemente quieren llegar al mismo puerto que nosotros, pero ni siquiera se acercan a él. Yo pongo muchas veces este ejemplo. Imagina que cada opositor es un barco y que para alcanzar la plaza debes llegar a un puerto que tiene antes de la bocana un puente levadizo como, por ejemplo, el puerto Tomás Maestre en la Manga del Mar Menor o el puerto de Lagos en Portugal. Hay tantísimos barcos, miles, que quieren atracar en ese puerto que no caben. Esas son las personas que se presentan a las oposiciones y las plazas son los atraques que hay. Y la autoridad portuaria (los gobiernos) permite el acceso de un número determinado de barcos cada cierto tiempo. Eso hace que no todas las personas que se presentan puedan alcanzar la plaza y mucho menos a la primera.
El esfuerzo sostenido conduce a la plaza
Lo primero que hay que hacer es aproximarse al puerto, ponerse en primera línea bien cerca del puente levadizo, de forma que cuando este se abre (se convocan las oposiciones) estemos listos para entrar en él. Puede ser que no entremos, es cierto, pero ya hemos llegado a formar parte de la fila de barcos que se dirigen a la bocana porque estamos bien preparados. Y lo que hay que hacer es persistir ahí gracias a nuestra fe, nuestro esfuerzo, un buen método de estudio y repaso y mejorar cada año en todas las facetas de forma que nadie que venga por detrás nos rebase.
Cada vez que se convoquen oposiciones estaremos más y más cerca de la plaza, porque otros barcos que tendremos por delante conseguirán su objetivo y dejarán de ser nuestros oponentes. Por el contrario, los nuevos barcos que lleguen estarán por detrás de nosotros en cuanto a preparación. Cada vez estaremos más cerca del puerto y tendremos menos oponentes a nuestra altura. Por tanto, la persistencia, si somos capaces de lograrla, nos llevará con toda seguridad a la plaza.
Una plaza en las oposiciones de Lengua es para ti
Por tanto, abandona todo temor y ten fe. Hay años mejores y años peores. Un año hay más dinero público y más jubilaciones y hay más plazas; y otro año hay menos. Pero oposiciones de Lengua ha habido siempre y siempre las habrá mientras haya sistema público de enseñanza. Por tanto, siempre va a haber plazas. Y cada vez que alguien saca su plaza de Lengua tú te estás acercando más a la meta. Por tanto, si no sacamos la plaza un año, se trata de garantizarnos un buen método de estudio y repasos para que el esfuerzo de cada año no se eche a perder. Y por eso, con toda seguridad, una plaza en las oposiciones de Lengua es para ti.